Necesitamos fuerzas democráticas fortalecidas

Necesitamos fuerzas democráticas fortalecidas

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Para vencer al Partido Libre en las elecciones generales que vamos a realizar este noviembre 2025 requerimos tener un enfoque equilibrado y basado en principios éticos, la participación ciudadana y el respeto al Estado de derecho. Ya hemos visto y comprobado que nos enfrentamos a un adversario político que no respeta para nada los valores democráticos, ante lo cual, la debilidad de las fuerzas democráticas es inaceptable y el rechazo al gobierno autoritario refundacional socialista que preside la presidente Xiomara Castro un imperativo categórico.

Hay que exigir con acciones contundentes y frontales la independencia del sistema judicial y oponerse a la influencia política que ejerce el Partido Libre, en hacer que el poder judicial, actúe a favor de sus propios intereses político partidistas. A los organismos electorales, hay que tenerlos en la mira y monitorearles permanentemente para asegura la transparencia del proceso electoral y lograr acciones justas y confiables. Nuestra sociedad civil tiene que ser activa y, para lograrlo, tenemos que acercarnos y apoyar a organizaciones independientes y movimientos ciudadanos que contribuyan a fiscalizar al Estado que manipula el Partido Libre.

El Partido Nacional, el Partido Liberal, el Partido Alianza Patriótica y los otros que están participando en la lucha política opositora, deben renovarse internamente y demostrar transparencia y ética dentro de su dinámica a fin de recuperar la confianza de la ciudadanía. Sin contar con un nuevo liderazgo en el que se incorporen voces jóvenes, mujeres y representantes de grupos marginados no se puede ampliar la base democrática. Y menos sin promover propuestas claras que enfoquen la solución de problemas concretos como la desigualdad, el desempleo y la corrupción. Asimismo, sin educación cívica y política la participación en procesos democráticos, es gastar “pólvora en zopilote”.

No se trata de dinamizar a la ciudadanía con reuniones manipuladas y dirigidas por los mismos líderes políticos pseudo democráticos que dominan el sistema político en el país, claramente bajo l incidencia del Partido Libre. Las prácticas de elecciones, referendos y consultas públicas, brillan por su ausencia, empero las reuniones populistas demagógicas dirigidas y manoseadas por un liderazgo corrupto y acostumbrado a dirigir para lograr intereses particulares, sigue predominando en los partidos que se supone son democráticos.

El interés por Honduras les sale sobrando. Se tiene que combatir la desinformación que está a la vista y, hoy en día, a la ciudadanía hay que alertarla para que pueda distinguir entre noticias falsas y hechos verificables. No hay promoción de valores democráticos. En nuestra cultura, sigue ausente la importancia de la pluralidad, la libertad de expresión y el respeto a la institucionalidad que requiere un Estado de derecho.

Si no nos unimos las fuerzas democráticas en coaliciones amplias el compromiso con los principios democráticos es espurio. Hay que unir las fuerzas diversas, sindicatos, organizaciones estudiantiles y grupos indígenas alrededor de un proyecto democrático. Alejar al Partido Libre del poder de Estado para instaurar principios democráticos constituye el objetivo central de todos los opositores democráticos hondureños.

Realizar la lucha política de resistencia democrática constante, permanente y progresiva y denunciar cualquier violación a los derechos humanos o abusos de poder, es la tarea prioritaria de las fuerzas democráticas. Hay que oponerse a cualquier intento de silenciar a la oposición, a los medios independientes o a las voces críticas. La perpetuación de lideres marxista en el poder es inadmisible.

Ante la narrativa marxista necesítanos dar una narrativa alternativa demostrando los errores del autoritarismo con evidencias de cómo afectan negativamente a la ciudadanía. En conclusión: hay que ejecutar una estrategia integral que involucre a la ciudadanía, las instituciones y los actores políticos comprometidos con la democracia.

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