Choluteca, Choluteca. Honduras
05 de enero de 2024
En vísperas del inicio de un nuevo año, la Iglesia La Luz del Mundo, inauguró un imponente templo en la hermosa ciudad de Choluteca en el sur de Honduras.
El acto de inauguración fue presidido por el pastor evangelista Jesús Cruz Servellon como delegado Apostólico, quien compartió un mensaje sobre la importancia de este nuevo lugar de adoración a Dios para la comunidad; a los cientos de asistentes, entre ellos fieles, vecinos de la ciudad de Choluteca y el orfeón de la localidad de Las Lajas, Agua Fría y Choluteca.
El Diácono Evangelista Rubén Hernández resaltó, que dicha construcción tiene elegantes acabados arquitectónicos, resalta por su belleza y detalles artísticos, con inspiración en el diseño griego romano, en el cual sobresale una atractiva fachada con ventanales de arco y columnas con capiteles finamente elaborados, dispone de espacio para 250 personas cómodamente sentadas.
Maresa Bonilla invitada a este acto inauguración dijo, está obra refleja la fe y el compromiso de la Iglesia de Choluteca, para proporcionar un espacio sagrado de reunión donde adorar, alabar y engrandecer el nombre de Dios, quienes a través de un esfuerzo colectivo contribuyeron a la culminación de este importante proyecto.
Miembros de la comunidad expresaron, nos sentimos muy alegres y agradecidos con Dios por el nuevo templo que hoy abre sus puertas, destacando su belleza y la sensación de unidad que proporciona; asimismo elogiaron la contribución positiva de la Iglesia La Luz del Mundo a la ciudad.
Choluteca, también conocida como la Sultana del Sur, es un municipio y una ciudad de la República de Honduras, cabecera del departamento de Choluteca, tiene una superficie de 1,072 km, cuenta con 175,056 habitantes y es una de las ciudades coloniales más antiguas del país, ubicada a 133 kilómetros de Tegucigalpa en la zona sur de Honduras, en la ribera del río Choluteca, en el departamento que lleva su mismo nombre.
La Luz del Mundo en Honduras erige éste majestuoso templo no solo como un espacio físico para la adoración a Dios y su hijo Jesucristo, sino también como un testimonio del compromiso continuo de la Iglesia con el bienestar espiritual y social de la comunidad proporcionando las condiciones para que las familias hondureñas se acerquen a Dios encontrando bendición y prosperidad en sus hogares