Un virus altamente contagioso y peligroso está desencadenando preocupación en Australia después de que se detectara en pasajeros de vuelos internacionales y nacionales. Todo comenzó con un pasajero a bordo del vuelo EK408 de Emirates, proveniente de Dubai y con destino a Melbourne, el 14 de febrero a las 22:50 horas. Este individuo, posteriormente confirmado como portador del virus del sarampión, ha puesto en alerta a las autoridades de salud de Victoria.
El departamento de salud de Victoria ha confirmado que la terminal internacional del Aeropuerto de Melbourne fue un lugar de exposición pública al virus los días 14 y 15 de febrero, entre las 22:50 y las 00:20 horas. Asimismo, se ha incluido la terminal nacional para el 15 de febrero, de 13:30 a 14:35 horas. La directora de salud de Victoria, Dra. Clare Looker, ha instado a cualquier persona que haya estado en estos lugares durante los períodos mencionados a monitorear sus síntomas y buscar atención médica si es necesario.
Este caso surge poco después de que otro pasajero, que viajaba en el vuelo JQ427 de Jetstar desde Gold Coast a Sydney, fuera diagnosticado con el mismo virus. Según NSW Health, el individuo había regresado recientemente de una región del sudeste asiático afectada por un brote de sarampión. Este pasajero, quien llegó a Sydney el 7 de febrero a las 22:15 horas, también ha generado una lista de lugares que visitó en la ciudad, aumentando la preocupación por la propagación del virus.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que puede causar complicaciones graves como neumonía y encefalitis. Se transmite a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda, lo que lo convierte en una amenaza para aquellos que no están inmunizados. El Dr. Looker enfatizó la importancia de la vacunación, especialmente para aquellos nacidos después de 1966 que no hayan recibido las dos dosis recomendadas de la vacuna contra el sarampión.
Los síntomas del sarampión incluyen fiebre, tos, enrojecimiento de los ojos, secreción nasal y malestar general, seguidos de una erupción rojiza en la piel. Estos síntomas pueden manifestarse entre siete y 18 días después de la exposición al virus, y las personas infectadas pueden ser contagiosas desde 24 horas antes de la aparición de los síntomas hasta cuatro días después de la erupción.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias instan a la población a mantenerse informada, vigilar cualquier síntoma y tomar precauciones adicionales, como el uso de mascarillas y la búsqueda de atención médica si es necesario. La rápida respuesta y cooperación del público son fundamentales para contener la propagación de esta enfermedad altamente contagiosa en Australia.