By Por: Mary Anastasia O’Grady
El continuo esfuerzo de “Cubazuela” por engullir a sus vecinos más pequeños enseñando a los comunistas locales cómo destruir las instituciones independientes, primero lentamente y luego todos a la Nicaragua ha sido consumida. Ahora es un estado policial en toda regla alineado con Caracas. Honduras, con sus numerosas pistas de aterrizaje en la selva utilizadas para el narcotráfico, es el siguiente en el menú.
El 30 de noviembre, los hondureños eligen un presidente, casi 300 alcaldes y una legislatura de 128 escaños. La presidenta Xiomara Castro de Zelaya, del Partido Libre, pro-Venezuela, no está en la boleta electoral. Pero su gobierno está utilizando todos los trucos del manual venezolano para mantener a Libre en el poder
La candidata de Libre es la exministra de Defensa Rixi Moncada. Va muy por detrás en las encuestas del candidato del Partido Liberal, Salvador Nasralla, un empresario, y del candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, exalcalde de la capital, Tegucigalpa. La Sra. Moncada no está dispuesta a aceptar la derrota.
Está poniendo en duda la capacidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) para transmitir resultados precisos de los recintos electorales. La idea es destruir la confianza del público en la credibilidad de los escrutadores. Ha llamado a los leales al partido a participar en una “movilización permanente”. Se espera que incluya milicias conocidas como colectivos, que se especializan en la intimidación. El ejército está a cargo de distribuir y luego transportar las boletas completas, asi como de mantener el orden público. Pero su liderazgo ha sido politizado por Libre.
El fiscal general de la Sra. Castro de Zelaya ha abierto una investigación legal contra un miembro la oposición Una disputa durante el otros, verano sobre el proceso de conteo de votos ralentizó los preparativos para el dia de las elecciones. Todo esto está generando temor a fraude y violencia, al estilo de Venezuela en julio de 2024, cuando el Sr. Maduro robó las elecciones presidenciales.
El juego en marcha no pasa desapercibido para el Departamento de Estado. El miércoles, el subsecretario Christopher Landau utilizó la X para exigir que las autoridades electorales hondureñas y las fuerzas armadas se adhieran escrupulosamente y fielmente a las leves v la Constitución de Hondura El Sr. Landau prometió que la administración Trump responderia rápida y decisivamente a cualquiera que socave la integridad del proceso democrático en Honduras. La Organización de los Estados Americanos también intervino la semana pasada, pidiendo a Honduras que respetara la autonomia de las autoridades electorales.
Venezuela ha querido controlar Honduras desde al menos 2009. Fue entonces cuando el presidente Mel Zelaya intentó atropellar los límites de mandato, utilizando boletas de referéndum impresas y enviadas al pais por Hugo Chávez, para poder postularse a un segundo mandato constitucionalmente prohibido. Un ejército leal a su juramento de defender la ley lo destituyó. La secretaria de Estado Hillary Clinton y Fidel Castro se opusieron.
Caracas asesora al partido de
izquierda sobre cómo robar las elecciones presidenciales del 30 de noviembre.
Durante la campaña presidencial de 2021, la corrupción ocupó un lugar central y la Sra. Castro de Zelaya, esposa del Sr. Zelaya, ganó las elecciones con la promesa de limpiar el gobierno. Pero las cosas empeoraron. Ahora la corrupción es nuevamente un tema de campaña, junto con la economía y la seguridad. La Sra. Moncada no es una gran candidata. Pero el historial del actual presidente no la ayuda.
Los ataques de la Sra. Castro de Zelaya contra los empresarios e inversionistas extranjeros han desalentado la formación de nuevo capital y la creación de empleo que la nación necesita. El crecimiento económico es lento y depende en gran medida de las remesas de los hondureños que trabajan en el extranjero.
La nación está plagada de violencia de pandillas, narcotráfico y extorsión. Alegaciones creíbles de vínculos, que datan de hace una década, entre el Partido Libre y los narcotraficantes surgieron el año pasado. El cuñado de la presidenta, que era en el centro del escándalo, nego su participación. Pero el público sigue siendo escéptico.
Las acusaciones de corrupción en obras públicas y nepotismo flagrante han perseguido a su gobierno. Dentro del palacio presidencial, sus hijos tienen oficinas, personal y autos, pero los criticos dicen que no hacen nada. Los tentáculos de su extensa familia se extienden a altos niveles del ejército y otras oficinas públicas Libre ha importado cientos de médicos y maestros cubanos. La presidenta nombró a su sobrino José Manuel Zelaya Rosales ministro de Defensa, y el año pasado viajó a Caracas con el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Honduras para reunirse con el ministro de Defensa de Venezuela, el general Vladimir Padrino López. El general Padrino dijo que la reunión era para profundizar las relaciones. La embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa criticó el encuentro. El Sr. Zelaya Rosales renunció poco después y la Sra. Moncada obtuvo el puesto.
En un articulo del 6 de noviembre, “La crisis institucional de Honduras se profundiza antes de las elecciones de 2025”, la sección hondureña de Transparencia Internacional observa que los malos resultados de Libre en las encuestas “parecen haber motivado al partido a aprovechar su influencia sobre las instituciones estatales de maneras que podrían socavar la integridad de las próximas elecciones”. Los hondureños merecen unas elecciones libres y justas. Pero defender su voto puede no ser fácil.
