Uchú, Uchú, uchúú…

Uchú, Uchú, uchúú…

Por: Blanca Moreno

Enfrentar al poder no es fácil y es más peligroso, donde no hay respeto por opiniones adversas. Cualquier “perico de los palotes” insulta, difama e insinúa que nos tienen “agarrados” y agreden sin “ton ni son”.

 

 

 

 

Hasta mediados del siglo XX, existieron las “plañideras” contratadas para funerales, velorios y entierros. Su oficio era llorar y llorar desconsoladamente. Más llorabas, más te contrataban . “Tan bueno que era, aunque tuviera cementerio…”.

 

 

 

 

En Honduras, hay un “club de jetones”, que sustituyen a las “plañideras”. Mientras más atacan, más les pagan. Así como el energúmeno ese, al que llaman “grillo”, le dijo ignorante a la ingeniera Carolina Alduvin y regañó al moderador por invitarla.

 

 

 

 

Para distraer, un nacionalista le pidió públicamente a un líder indiscutible del Partido Liberal, que se aparte de la Política. Ese da risa, pero no hay que gastar “pólvora en zopilotes”.

 

 

 

 

La que se ha visto muy mal, es la esposa del “comandante”. La emprendió contra el sacerdote de Erandique, Lempira, Sandro Aguilar, quien osó cuestionar el anuncio del libro “El golpe 28J”, que se incluirá como material didáctico en las clases de historia.

 

 

 

 

Entre otras estupideces, también Mel expresó que no le tiene miedo ni a Dios. Y aquí es donde “la mula botó a Genaro”…Este pueblo es cristiano.

 

El valiente párroco en su homilía lo cuestionó.”Por favor, ese está loco, es un enfermo mental, eso no ayuda en nada y no saca adelante al país”.

 

El blasfemo arrepentido por su exabrupto se escuda en las “naguas” de su señora oficial para que lo defienda.

 

“No se puede predicar el amor desde el púlpito y al mismo tiempo ser instrumento de división”, le dijo la doña.

 

“Lo que pasa que enfrentar al poder no es fácil, pero tiemblan cuando se les habla y si todos habláramos, temblarían como no tiene idea”…” respondió el párroco.

 

Y el padre sabe que hay dinero de por medio, para contrarrestar la crítica, son lobos vestidos de ovejas.

 

El peligro para el padre Sandro, Carolina y tantas víctimas del “familión” es que los agredan físicamente o los metan presos.

 

Al increparlos públicamente los “tiran” a los colectivos.

 

Uchú Uchú les dicen a los perros para incitarlos contra alguien.

 

Y los “chuchos” les hacen caso y muerden.

 

Vacunémonos contra la rabia, porque los que saben que ya se van, andan muy quisquillosos.

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