Por: Irving Guerrero
Hace tiempo que no escucho a un político ser franco y directo. Muchos estamos hartos de los “políticamente correctos” que se esconden tras palabrejas incoloras, asépticas, sin sustancia y sin mensaje.
Por fin, aparece un líder que ve la destrucción que causa la droga; la corrupción, muerte y desolación que dejan en su camino. Por fin, llega Trump a revelar lo obvio; que la droga destruye y que hay gobernantes en países que están del lado de esta destrucción; Nicaragua, Honduras, México, Venezuela, Colombia, Cuba y otros. ¿Habrá quien se atreva a defenderlos?
Ya es tiempo de reconocer el efecto destructor del socialismo en las economías, ya que nos han querido acostumbrar a disfrazar el gasto excesivo y la destrucción de la iniciativa privada con palabrejas como igualdad, socialismo, progresismo o keynesiamismo.
Engañan a la gente haciéndolas pensar que el gobierno es omnipotente, que todo lo puede arreglar y que con más deuda y devaluación se arregla todo. Destruyendo los que quieren crear e invertir y aumentando el rol de burócratas elegidos por afinidad familiar (nepotismo) y afinidad política. Hay países como Francia, España, Italia, Argentina que ya están entendiendo como termina esto.
Nadie habla de la persecución de la iglesia católica en Nicaragua, pero aparecen políticos del trópico usando Kufiya para defender a musulmanes a 12 mil kilómetros de distancia. ¿Esto es casualidad o una forma de alinearse políticamente con Iran, Hezbollah y otros que apoyan el terrorismo?
Nicaragua es un cáncer que recibe la escoria regional como asilados políticos y que reprime a iglesias, prensa y opositores y aun así no parece que duele que se sienten en la misma mesa de los países que defienden los valores de la democracia. ¿Es que no hay sensatez o no hay valor?
Las instituciones de la integración regional (SICA, Corte Centroamericana, Parlamento Centroamericano y SIECA) no pasan de ser foro para cordiales reuniones donde se aumentan las regulaciones y se esconden escorias en lugar de ser foros donde se consolide la integración regional y se vigile el comportamiento democrático de los estados; en estos momentos, ante las crisis de verdad, no sirven para nada.
Hay que entender que los políticos se esconden detrás de palabrejas como “defender la institucionalidad” cuando a la gente no le importa y quisiera escuchar que estas resuelvan. ¡Que sirvan de algo! Que entreguen placas, que termine la extorsión, que haya agua, electricidad, calles sin baches, medicinas en los hospitales, que se aplique la ley y que haya justicia.
¿Vamos a seguir permitiendo políticos que se reelijan sin que la constitución lo permita? ¿Vamos a permitir que el Ejercito sea secuestrado por activistas políticos vendidos a una u otra causa política? ¿Dónde están los militares que tienen algo de masa testicular y honra para detener estos abusos de LIBRE?
Las naciones se hacen grandes cuando enfrentan sus problemas y se toman las decisiones para solucionarlos. Aquí vemos los abusos de nuestra clase política y militar y no nos tomamos las calles, no decapitamos a alguien en plaza publica como hicieron los franceses en 1789.
¿Y aun asi esperamos salir de la miseria? La miseria no abandona a los cobardes, y nos va a seguir acompañando mientras no hagamos algo diferente. La movilización masiva de las iglesias, las cámaras empresariales, la prensa y los militares que conocen su función son la única alternativa. Los países amigos no se van a mover si ven cobardes, sin liderazgo y sin cabeza en Honduras.
Y si hablamos de liderazgo; mientras Tito y Salvador hacen números para ver quien gana por un par de puntos, pierden de ver que el país va a arder en llamas y para el día de las elecciones ya no habrá nada que salvar.
LIBRE tiene planes de quedarse, con o sin elecciones. LIBRE es la expresión de la maldad, se acompaña de corruptos, terroristas y narco traficantes. No son políticos, son una pandilla de delincuentes asociados a Maduro que mueven drogas a USA. Los “ñurdos” están en modo supervivencia, porque pronto Maduro caerá y eso embarra a los líderes de los países de su órbita; incluidos sus “panas” catrachos.
Si Dios los va a perdonar, que sea él. Nosotros los debemos condenar aquí en la tierra, donde están incendiando nuestra nación. Tito y Salvador se deben unir para que el triunfo sea contundente, para que se vea que los que nos oponemos a LIBRE somos la inmensa mayoría, que los que estamos hartos de delincuentes somos más, que los que queremos salvar Honduras somos más.
Tito y Salvador deben mostrar que Honduras es mayor que sus ambiciones y que Honduras no va a caer en caos por su vanidad o terquedad; una nación no se construye con cobardes, se construye con valientes; Tito y Salvador deben mostrar amor a esta patria.
