La fuerza y el liderazgo de Raphinha condujo al Barcelona hacia un triunfo necesario y sufrido, que no se pudo dar por cerrado hasta el descuento, cuando Olmo marcó su segundo gol y puso el 3-1. Ibáñez había adelantado al Alavés al inicio y el Barcelona dio la vuelta al marcador con sendas asistencias de Raphinha a Lamine Yamal y Dani Olmo, respectivamente. Tras la reaparición en la segunda parte de Pedri, Olmo puso el lazo al triunfo ya en el descuento, no sin fases de sufrimiento.
A la derrota europea en Chelsea era necesario reaccionar con un triunfo y, si era posible, convincente para recuperar las buenas sensaciones. El Barcelona ganó, pero sin acabar de espantar dudas. Tuvo que remar va la contra desde el inicio por empezar dormido y ceder un gol en cuestión de segundos y Raphinha le dio energía para ganar.
Gran regreso al once titular del brasileño, que rescató al Barça cuando más lo necesitaba el equipo azulgrana con dos asistencias, en un ambiente algo enrarecido a causa del caos por la caída del sistema informático, que dejó sin código QR muchas de las entradas de los socios para el partido.
Rápidamente la tarde se puso cuesta arriba para el Barcelona: a los veinte segundos el Alavés tomó ventaja. Diez segundos para forzar un córner y otros diez para que Ibáñez marcase, a la salida de ese córner y ante la pasividad de varios marcadores en la defensa. Salieron dormidos.
A Bernal y Casadó, que volvieron a jugar juntos después de más de un año de no hacerlo, desde la pretemporada 24-25, y les tocó por la inesperada ausencia de De Jong, con Pedri reservado para la segunda parte, les costó coger el ritmo al partido. Ni ellos ni Balde acertaron a evitar el remate de Ibáñez.
No se había presentado el Barcelona en el inicio del partido y cuando despertó tuvo que empezar a picar piedra, sin demasiada finura y con precipitación. Y ahí apareció Raphinha, que recibió un pase profundo de Balde por la izquierda y centró al área, donde Lamine Yamal, después de que Olmo y Lewandowski no llegasen, remató impecablemente casi a puerta vacía.
Muchos pensaron que desde ese momento todo haría bajada, pero era uno de esos días de partido a las cuatro y cuarto. La estructura barcelonista se mantuvo irregular y algo inconsistente ante un Alavés que se las arregló para montar transiciones rápidas al primer toque en varios momentos críticos. Así, justo antes del segundo del Barcelona, Joan Garcia salvó al equipo al rechazar con reflejos felinos un remate en el segundo palo de Jonny Otto tras un centro de Lucas Boyé desde la izquierda en jugada de tiraLíneas montada al primer toque, en tres pases, en la zona ancha, con los centrocampistas azulgranas superados.
Al frustrado 1-2 le siguió, prácticamente de forma automática, el 2-1, en otra acción de Raphinha, que recogió un pase largo de Gerard Martín, que lo había estado probando repetidamente. El brasileño hizo el pase de la muerte y Olmo, en el mprimer palo, remató a gol.
Ni entonces el Alavés se dio por vencido y siguió causando problemas a la zaga. Justo antes del descanso, Lucas Boyé pudo empatar tras jugada por la izquierda de Parada, que dio muchos problemas a Eric Garcia por su banda. El balón salió rozando la red por fuera.
Implicado en los dos goles y fundamental para el equipo con su actitud, Raphinha dejó su puesto a Pedri justo a la hora del partido. El canario dio más consistencia al equipo enj términos de posesión, pero al Barcelona le faltaba cerrar el partido.
Tuvieron el gol Lamine Yamal, que ya en el primer tiempo, tras un tuya-mía con Lewandowski, había rematado al palo tras sortear la salida del meta Sivera, pero su chut salió alto, y poco después Dani Olmo, pero en general el Barcelona seguía frío y el Alavés, que se mantenía agazapado, enseñó las uñas en una sublida de Carlos Vicente con centro a Lucas Boyé, cuyo remate fue salvado por Cubarsí. Y Joan Garcia se lució rechazando un chut de Guridi tras una pérdida en la medular e internada.
Ante la opción de empatar, el Alavés avanzó líneas. El Barcelona tuvo opciones y Ortiz Arias, otra calamidad, se comió un penalti claro a dani Olmo, que poco después logró su segundo gol, tercero del Barcelona, al completar una transición y un tuya-mía con lamine yamal, que se va a casa con gol y asistencia.
