Por: Marcio Sierra
Los castromelistas cometen violaciones al derecho del sufragio, es decir, a votar y a ser elegido, porque obedecen lineamientos políticos que les da la cúpula del Partido Libre, imitando la pauta que sigue Maduro en Venezuela. Irrespetan evidentemente los tratados internacionales como el de la American Covention o Human Rights (articulo 23) que norma a la región de América y que estipula que toda persona tiene derecho a “participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente escogidos” y a “votar y ser elegido en elecciones seguras periódicas”. Este derecho al voto que, en Honduras, está garantizado constitucionalmente para todos los ciudadanos mayores de 18 años, es objeto de manipulación por el gobierno que controla la oligarquía familiar Zelaya-Castro.
Actualmente, los ciudadanos hondureños en general, enfrentan obstáculos ideados por la cúpula marxista castromelista que, afectan el ejercicio pleno a votar. El gobierno refundacional socialista, ejecutó lo que he denominado el “borronazo en USA” para evitar que miles de ciudadanos hondureños, radicados en dicho país, pudiesen votar. Sin querer queriendo silenciosamente impidieron que los ciudadanos ejerciesen su voto. Asimismo, han intervenido el Registro Electoral y la documentación para que muchos ciudadanos no obtuviesen su cedula de identidad o no la renovaran, causando la exclusión política en el proceso electoral. La violencia política y las amenazas crean un entorno electoral que amenaza la libertad de participación al ejecutar acciones de extorsión, chantaje o intimidación. Aprovechan el poder para subordinar al Consejo Nacional Electoral (CNE) y al Tribunal de Justicia Electoral (TJE) e imponer un diseño y una funcionalidad operativa que, pone en riesgo, la credibilidad del conteo y la aspiración de la voluntad del pueblo. Se han descubierto acciones solapadas para manipular la contabilización de votos y controlar los resultados. Se sabe que los castromelitas para favorecer a su candidata presidencial, buscan que los resultados de la votación sean alterados, lo que anticipa, la ejecución inminente de un fraude que hasta las organizaciones internacionales lo señalan anticipadamente.
El pisoteo de los derechos humanos en el proceso electoral hondureño es sobreentendido. Los mañosos del Partido Libre y del castromelismo, han estructurado condiciones para que el proceso electoral, excluya efectivamente a los ciudadanos que no simpatizan con su causa. Intentan a través de fallos institucionales o por violencia o coacción, vulnerar el derecho humano al sufragio efectivo en libertad. En el medio electoral hondureño, existe la violencia y la intimidación, se inhibe el ejercicio libre del voto, es decir, están vulnerando este tipo de derecho humano. Los cuadros técnicos del Partido Libre incrustados en el CNE, buscan impedir que los votos sean contados o transparentemente registrados, lo que va a causar que la voluntad popular quede deformada. En tal sentido, masificar el borrón de votos fue una clara barrera técnica e institucional que representan una manera de delito al derecho humano de participación política y el sufragio.
Para las elecciones de noviembre 2025, las organizaciones internacionales de derechos humanos están obligadas a evitar la espeluznante maniobra que está operando, la oligarquía familiar Zelaya-Castro quiere hacer fracasar el proceso electoral hondureño.
