La Iglesia, actor incómodo para el poder en Honduras

La Iglesia, actor incómodo para el poder en Honduras

Un escenario confrontativo y de desafío enfrentan las iglesias en Honduras al ser un actor incómodo para el gobierno de Xiomara Castro y su candidata oficialista, a tres meses de las elecciones y al resurgir bajo el estandarte de la libertad de pensamiento, de oración y de un cambio para el país.

Con pensamiento crítico y en unidad las iglesias católica y evangélica se mantienen firmes en su caminata por la paz, prevista para este 16 de agosto en cuarenta municipios y de forma inédita con movilizaciones que trascienden fronteras ya que, en Texas, Estados Unidos también habrá participación de los hondureños. Aunque el movimiento es completamente apolítico, desde el partido en el poder se ha escalado con los ataques a los jerarcas de ambas instituciones religiosas calificándolos de “mercenarios de la fe” y colocando pancartas con la imagen del arzobispo de Tegucigalpa Vicente Nácher Tatay y el presidente de la Confraternidad Evangélica, Gerardo Irías junto a varios billetes de dinero. Las ofensivas imágenes fueron colgadas en dos de los bulevares de la capital Tegucigalpa.

Pero, ¿Qué ha desatado el ataque?

Si bien, en este momento gracias a acuerdos meramente políticos se regresó la gobernanza en el Consejo Nacional Electoral, hace dos meses la problemática parecía no tener fin y en un acto de compromiso con Honduras, la iglesia alzó su voz pidiendo a los cristianos movilizarse en oración por la nación, programando su actividad para este 16 de agosto, casi un mes después de los entuertos, la iglesia no ha retrocedido en su afán por caminar con el pueblo, lo que incómoda a varios funcionarios de gobierno que abiertamente han pedido que se cancele la movilización porque ya esta resuelto el conflicto del CNE, desconociendo que el sentir de los dadores de la palabra va más allá del atolladero que pudo haber surgido en la institución. Los voces de ambas iglesias han reiterado su llamado a caminar en Cristo, orar por Honduras y permitir que las familias caminen con un sentir estrictamente movido por la fe. Concepto que es desacreditado por el oficialismo que ataca directamente a la iglesia casi exigiéndole que no se manifieste, como parte de un temor inminente del gobierno de ver reflejado en las calles el sentir de un pueblo, pueblo al que ellos han asegurado representar y que hoy los desconoce por su discurso ofensivo, equivocado y partidario a un pseudo socialismo que está más preocupado por defender dictaduras que preocuparse por los problemas sociales de su ciudadanía.

El partido en el poder y funcionarios de gobierno no solamente han mostrado su irrespeto a la iglsia sino que también han amedrentado a los voceros de la fe con atropellos en redes sociales y los ataques con pancartas al estilo de sus aliados en Nicaragua, Cuba y Venezuela muestra sus verdaderas pretensiones.

Eco socialista

Nicaragua y Cuba son el ejemplo más cercano de choque ideológico contra las iglesias ya que desde hace décadas su lucha ha sido directa contra la iglesia, al convertirse está institución en un voz ética y social de los abusos cometidos por estos gobiernos. Desde el encarcelamiento hasta el exilio de muchos sacerdotes, la persecución se ha ceñido en los pulpitos, desde donde se ha denunciado excesos, actos de corrupción, violaciones a derechos humanos, altos niveles de pobreza y concentración del poder. Cuba, de su lado desde la revolución en 1959 promovió el ateísmo y evitó los actos religiosos ligados a la adoración en templos, mientras, en Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega la escalda ha sido dramática con la expulsión de decenas de sacerdotes que denuncian su acciones autoritarias. “La religión es el opio de los pueblos” frase acuñada por Karl Marx es sin lugar a duda la premisa que gobiernos totalitarios utilizan para justificar sus acciones contra las instituciones religiosas a pesar de que las sociedades han cambiado y que la globalización del mundo y la Inteligencia Artificial se han apoderado del mundo.

Si bien, en Honduras la tensión con la iglesia se ha desatado por su petición de elecciones libres, democráticas y transparentes, este actor incómodo para el oficialismo tiene una dura batalla que será librada no desde el silencio, ni del temor, sino desde la oración y bajo la espada y la convicción de la fe, la cual se verá reflejada con el respaldo de la población hondureña.

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