La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, respondió con contundencia a las afirmaciones realizadas por la abogada Grace Marie Bertrand en el foro El Personaje de CHTV, donde la exjueza aseguró que Villanueva habría presionado y chantajeado al expresidente Manuel Zelaya para asegurar un cargo en el actual gobierno tanto para ella como para su hija.
Villanueva calificó las declaraciones como “injustas, equivocadas y profundamente irrespetuosas”, al tiempo que defendió su trayectoria profesional como un camino cimentado exclusivamente en la meritocracia, un principio que —dijo— ha guiado toda su carrera. “Jamás me he arrodillado ante un civil político por un cargo. No se equivoque”, respondió.
La funcionaria rechazó ser parte de prácticas como el nepotismo, el clientelismo o el chantaje político, asegurando que ningún sistema la ha doblegado para acceder a responsabilidades públicas. “Mi trayectoria vale demasiado y jamás ha estado al margen de mis propios méritos adquiridos a lo largo del tiempo”, enfatizó.
Además, recordó que su postura dentro de la Secretaría de Seguridad ha sido crítica y de constante denuncia frente a decisiones erróneas del propio gobierno, lo que —según afirmó— incluso ha puesto en riesgo su integridad personal. “Mi compromiso ha sido siempre con el país y con la verdad, aun cuando eso implique enfrentar presiones”, señaló.
Villanueva también aclaró que su acercamiento con la actual presidenta Xiomara Castro ocurrió en 2021, después de las elecciones internas y antes de que Libre llegara al poder. Dijo que fue recibida en la casa de la entonces candidata en Catacamas para conversar sobre propuestas de justicia social y sobre el aporte profesional que ella podía brindar a un eventual gobierno. “No hubo favores ni compromisos políticos; hubo diálogo sobre el país”, recalcó.
La viceministra concluyó que las afirmaciones de Grace Marie “carecen de fundamento” y pidió responsabilidad al hacer señalamientos que afectan la honorabilidad y carrera de profesionales que —dijo— han trabajado sin someterse a estructuras de poder político.
