El Pontífice celebró su cumpleaños desde la Plaza de San Pedro. Durante el Ángelus agradeció a los fieles sus afectuosos buenos deseos. León XIV recibió mensajes de todo el mundo y también de muchos niños, que desearon la paz en todo el mundo.
“Parece que lo sabéis: hoy cumplo 70 años. Doy gracias al Señor, a mis padres y a todos los que se han acordado de mí en la oración. Muchas gracias a todos”. Con estas palabras el Papa León XIV, al final del Ángelus, quiso dar las gracias a los fieles que el domingo habían llegado a la Plaza de San Pedro. Cientos de pancartas ondearon en la plaza y el sonido de los aplausos se unió al de las bandas presentes que comenzaron a tocar para desear suerte al Pontífice.
El Vaticano informó de que el Papa recibió saludos de todo el mundo. También fueron muchos los dibujos enviados al Pontífice por los jóvenes pacientes del Hospital Infantil Bambino Gesù de Roma.
Los niños expresaron su deseo de paz para todo el mundo. En uno de los dibujos se veía a León diciendo “No os preocupéis, yo me ocuparé” agitando la bandera de la paz, entre una paloma con una rama de olivo y la Basílica de San Pedro coloreada de blanco y amarillo como la bandera vaticana.
Saludos de autoridades internacionales al Papa León
Entre los primeros en desear al Papa un feliz y pacífico cumpleaños se encontraba el Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, que envió un mensaje en nombre de todo el pueblo italiano.
“Desde el inicio de su alto magisterio, ha dirigido a toda la comunidad internacional y a las conciencias individuales un fuerte llamamiento a esa “paz que desarma y desarma” que abre los corazones. Y nos ha recordado, con San Agustín, que ‘el tiempo es de nosotros’. Nos corresponde a todos -y en particular a quienes ocupan cargos públicos- comprometernos para que las circunstancias mejoren, reabriendo horizontes de diálogo, de justicia y de tutela concreta de la dignidad de toda persona“, escribió Mattarella en su mensaje al Papa, recordando el llamamiento del Papa a los jóvenes durante el Jubileo de la Juventud, el pasado agosto, y durante la canonización de Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati, el pasado fin de semana.
También la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, recordó la santificación de Acutis y Frassati y dijo: “Santo Padre, sus palabras y enseñanzas son fuente de inspiración. Y representan una guía cierta y sólida en tiempos extremadamente complejos, donde las certezas parecen vacilar y los cambios son tan repentinos como profundos”. También emitieron mensajes de cercanía y afecto el presidente del Senado, Ignazio La Russa, y el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani.
La Conferencia Episcopal Alemana felicitó al Papa León XIV. “Recordamos con admiración y emoción los primeros meses de su ministerio. Con su presencia visible para muchos creyentes, sus numerosos oficios religiosos, audiencias y encuentros durante el Año Santo, usted demuestra que la Iglesia está entre la gente. Así es como usted entiende su ministerio: como constructor de puentes para unir y, al mismo tiempo, hablar con una valiente profesión de fe cristiana en una Iglesia secular y en la esfera pública”, escribió el obispo Dr. Georg Bätzing en nombre de toda la Conferencia.
Los primeros pasos del pontificado del Papa León XVI
Nacido Robert Francis Prevost en 1955 en Chicago en el seno de una familia católica, desarrolló una vocación agustiniana y una trayectoria internacional, viviendo durante mucho tiempo en Perú y desarrollando una profunda sensibilidad pastoral. En Roma, como prefecto del Dicasterio para los Obispos, promovió la “lógica del discernimiento y del servicio“. Su elección el 8 de mayo como León XIV mostró un perfil de pastor atento a los más débiles, definido como sobrio, suave y decidido en la defensa de la dignidad de la persona.
Desde el inicio de su pontificado, León XIV expuso claramente sus prioridades: paz, desarme, justicia social, inclusión en la Iglesia y en la sociedad y diálogo entre religiones y culturas. Pidió a los gobiernos que invirtieran en educación y sanidad en lugar de en armamento, y habló ante miles de jóvenes en la Plaza de San Pedro de “un mundo sin armas nucleares como único camino posible”. También subrayó la importancia de la inclusión, que “no es un eslogan, sino un criterio pastoral”, promoviendo la participación de las mujeres y los jóvenes en la Iglesia.
El último acto significativo fue la modificación de las normas de contratación en el Vaticano para facilitar el trabajo a las personas con discapacidad. El Reglamento General de la Curia Romana se actualizó con el siguiente texto: “idoneidad psicofísica para las funciones a desempeñar certificada por la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano”, que sustituyó a la expresión “estado de buena salud debidamente comprobado” para indicar una mayor apertura por parte de las instituciones vaticanas.