Declaración de los Deberes Humanos

Declaración de los Deberes Humanos

Por: Angela Sosa

Distinguido lector, seguramente con el título de esta columna viene a su memoria la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sin embargo, debido al contexto mundial es oportuno recordar que a todo derecho le corresponde un deber, algo que se olvida con facilidad, sobre todo para quienes utilizan el tema de los derechos humanos como una bandera de lucha para beneficio personal o de grupos privilegiados, que basan su accionar en exigencias pero poco o nada les interesa promover el cumplimiento del deber.

Y es así como por primera vez La Organización Estadounidense de sociedad civil “Human Rights Empowerment”, recientemente publicó la “Declaración de los Deberes humanos”, reconociendo que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que, para vivir en armonía, libertad y justicia, es necesario que cada persona asuma responsabilidades hacia los demás, la sociedad, el Estado y el planeta.

Indagando un poco en la Historia no existe como tal una “Declaración Universal de los Deberes Humanos” oficialmente adoptada por la ONU o con el mismo peso legal y simbólico que la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) de 1948. Sin embargo, sí ha habido iniciativas y documentos que han buscado complementar los derechos con deberes o responsabilidades universales.

En esta ocasión he tenido el privilegio de redactar esta declaración, reconociendo la importancia de equilibrar derechos con responsabilidades; y que hay un creciente consenso internacional sobre la necesidad de integrar ambos en la educación y las políticas públicas, es así como esta organización promueve por primera vez en la historia redactar “La Declaración de los Deberes Humanos”, que reza así:

Deber de respetar la dignidad humana: Toda persona tiene el deber de tratar a los demás con respeto, sin discriminación alguna por motivos de raza, género, religión, cultura, orientación sexual, condición social o política.
Deber de construir la paz: Toda persona tiene el deber de contribuir a la paz, evitando la violencia, la injusticia y el odio, y promoviendo el diálogo, la tolerancia y la resolución pacífica de los conflictos.
Deber de cumplir con las normas de convivencia y la ley: Toda persona tiene el deber de respetar las leyes justas y las normas de convivencia establecidas para el bienestar común, actuando con civismo, responsabilidad y respeto por la autoridad legítima.
Deber de actuar con responsabilidad: Toda persona tiene el deber de asumir las consecuencias de sus actos y de actuar con honestidad, integridad y justicia, tanto en lo público como en lo privado.
Deber de solidaridad: Toda persona tiene el deber de ayudar a quien lo necesita, compartir con quienes tienen menos, y colaborar para reducir la pobreza, la exclusión y la desigualdad.
Deber de proteger la naturaleza: Toda persona tiene el deber de cuidar el medio ambiente, preservar la biodiversidad y promover un desarrollo sostenible para las generaciones presentes y futuras.
Deber de aprender y educar: Toda persona tiene el deber de buscar el conocimiento, cultivar la verdad y contribuir a la educación propia y ajena como base del desarrollo humano y la convivencia.
Deber de participar: Toda persona tiene el deber de participar activamente en la vida cívica, democrática y comunitaria, promoviendo el bien común y respetando las leyes justas.
Deber de promover los derechos humanos: Toda persona tiene el deber de defender los derechos y libertades de todos, oponiéndose a cualquier forma de opresión, abuso o injusticia.
Deber de respetar la diversidad y la libertad de conciencia: Toda persona tiene el deber de respetar la diversidad de identidades, creencias y formas de vida, incluyendo las convicciones religiosas, culturales o personales, siempre que no promuevan odio ni vulneren los derechos de los demás.
Finalmente quizá este mensaje le recuerde al garante y a los usuarios de derechos, que la cosa no es solo como el azadón, “pa´dentro”, sino que debemos cumplir con nuestros deberes cívicos, éticos y morales, tan extintos en estos tiempos y procurar desde la academia la promoción de derechos y el cumplimiento de deberes humanos, lo cual es un enfoque acertado de la Organización Human Rights Empowerment de frente a un contexto violento y conflictivo en el que solo se engaña y se exige, pero no se cumple.

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