Un ciudadano hondureño identificado como David Enrique Espinoza Montes, de 41 años, fue condenado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional hasta 2034 por el brutal asesinato de su pareja sentimental, Shermaine Carling, una trabajadora migrante originaria de Filipinas.
Un crimen marcado por celos y violencia
El asesinato ocurrió el 29 de septiembre de 2022 en la casa de un amigo en Windsor, Ontario. Según el fallo del Tribunal Superior de Justicia, Espinoza Montes atacó a Carling con un cuchillo y unas tijeras, propinándole 48 puñaladas en un acto que el juez Joseph Perfetto calificó como “particularmente cruel e insensato”.
La víctima, de 33 años, era madre de dos hijos y sostenía a su familia en Filipinas mediante remesas. Su familia, conectada por Zoom durante la audiencia, escuchó en silencio la sentencia. “Perderla es una traición tan grande a manos de alguien en quien confió que destrozó nuestra sensación de seguridad”, expresó su hermana en una declaración de impacto.
Justicia y migración en tensión
Espinoza Montes se encontraba en Canadá con una visa de trabajo vencida y había iniciado trámites de asilo. Sin embargo, el tribunal no abordó su situación migratoria durante el juicio. “No tengo ni idea de qué va a pasar con la inmigración. Eso queda completamente fuera de nuestro alcance”, declaró el fiscal Jayme Lesperance.
Por ahora, el hondureño cumplirá su condena en una prisión canadiense bajo las leyes locales, mientras su estatus migratorio permanece incierto.
El asesinato de Shermaine Carling ha sido señalado como un caso emblemático de violencia doméstica en contextos migratorios. Organizaciones de derechos humanos han advertido sobre la vulnerabilidad que enfrentan mujeres migrantes en relaciones abusivas, especialmente cuando dependen económicamente de sus parejas.