By Por: Blanca Moreno
“Compañeros de éste gabinete, que hoy forman parte de éste gran esfuerzo que estamos realizando para llegar a la extrema pobreza en nuestro país…”(*)
Xiomara Castro (2022–2025)
A plena luz del día, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) fue “asaltado”. Jugando más damero, que ajedrez, un diácono (servidor católico) fue el peón que catapultó una “ficha” para derribar a la Reina.
Sin vergüenza alguna el doctor Licona declaró que su “obligación es hacer que el CNA esté de la mano con el Gobierno”.
La estirpe de Castro Sarmiento, Zelaya Rosales es vengativa y no olvida que fue la doctora Gabriela Castellanos quien en una línea de investigación de nepotismo, los bautizó como “familión”.,
Aunque está a dos “puyas” por un dúo de pollos, uno internacional y otro de SPS, don “Chumpa juca” buscará “abortar”las elecciones o tal vez un “autogolpe”. El fraude está en marcha:
1
Control de instituciones que luchan contra la galopante corrupción en Honduras. ✅Ya.
2
Compra de votos con dinero en efectivo. Bono climatológico. ✅Ya.
3
Uso de documentos de Identificación (ID) e ingresar datos de damnificados a las maquinitas de biometria. ✅ Ya.
4
A los representantes de los organismos electoreros, los tienen a “piquito que querés” con nombramientos. ✅ Ya.
5
Premios y viajes a periodistas y empresarios. Pero siempre los tratan diferente. Ningún periodista vio al Papa, por ejemplo. ✅ Ya.
6
Desprestigio y persecución a los “traidores”. Jorge Cálix cayó en una trampa, al ceder el CN por unos cargos engañosos.
Al paso que vamos, de aquí al día de brujas (31 de octubre), el usurpador de la Presidencia, habrá “filtrado” sus cuadros en los partidos, drenado fondos para pagar bonos y “silenciado” a sus enemigos. Ya nadie habla de la mitad, ni de la dama de los cheques. Su candidata anunció que cada tres horas tendrán sus propios “cortes” y que a las nueve de la noche, el CNE la proclamará presidenta. ¡Como no Chon!
Con todo este “berenjenal” hay que reconocer que la “doña” cumple: de la extrema pobreza a un paso de la miseria extrema.
—¿ Y el diácono?
Qué lo manden al infierno. De embajador, digo…
Dios mío líbranos de Mel!
¡Amén!
(*) Ni el famoso francés Nostradamus fue tan certero con sus profecías.
