El histórico Colegio San José de Jinotepe fue oficialmente confiscado el martes 12 de agosto de 2025 por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, confirmó CONFIDENCIAL con fuentes del centro de estudios.
La “copresidenta” Rosario Murillo, en su intervención diaria con medios oficialistas, confirmó que el centro educativo será “trasladado al Estado” y pasará a llamarse “Héroe Bismarck Martínez“, en honor al trabajador que el régimen asegura fue asesinado en los tranques de Carazo en 2018.
“En Jinotepe hubo un centro donde se torturó, se asesinó, el golpismo durante la nefasta, la criminal ocupación de la ciudad de Jinotepe (…) y ¿dónde ocurrían esos crímenes?, en el Colegio San José, desgraciadamente”, dijo Murillo sin presentar alguna prueba.
Padres de familia fueron convocados el martes a una reunión de urgencia con personal del Ministerio de Educación (Mined), donde les presentaron al nuevo director del colegio y anunciaron que las clases permanecerán suspendidas hasta el lunes 18 de agosto de 2025, debido a una reestructuración del centro educativo.
Mientras tanto, las monjas josefinas que administraban el colegio fueron informadas “que deben desalojar la institución y entregar toda la documentación”, explicó a CONFIDENCIAL una fuente del régimen.
Sufrieron presiones por la bandera del FSLN
La toma del colegio se confirma después de que las monjas empezarán a recibir visitas de trabajadores de la Procuraduría, el brazo ejecutor de las confiscaciones en Nicaragua.
“Las presiones para las hermanas monjitas empezó desde que se negaron a izar la bandera del FSLN en las marchas patrias de septiembre y entonces empezaron a amenazarlas”, dijo a CONFIDENCIAL una trabajadora del colegio San José.
Esta trabajadora confirmó que el personal ya había sido liquidado con antelación por las monjas, previendo el inminente cierre y confiscación.
El colegio San José fue fundado en 1985 en Jinotepe y era manejado por las monjas de la Congregación Hermanas Josefinas.
Padres de familia no quieren adoctrinamiento
Varios padres de familia de estudiantes del colegio San José indicaron a CONFIDENCIAL que hay “zozobra” sobre el futuro de sus hijos.
Patricia es una de las madres que participaron en la reunión organizada por el Mined. Relata que en el encuentro les hablaron sobre la gratuidad de la educación en Nicaragua y del programa de merienda escolar.
Algunos padres de familia habrían señalado que sus hijos “no necesitan la merienda escolar” y los funcionarios del Mined dieron por terminada la reunión.
“Es lamentable este robo descarado del colegio donde estudiamos generaciones de profesionales y al que acusan de crímenes inventados, donde lo único que hicieron las monjas fue atender heridos y refugiar a población frente a las balas y la terrible represión durante 2018”, dijo una madre de familia que pidió ser identificada como Cecilia.
Cecilia explicó que desde esta semana está viendo donde cambiar a su hija. “No quiero que termine en un colegio donde lo único que habrá es adoctrinamiento de una dictadura”, insistió.
Santiago tiene a su hija actualmente cursando la secundaria y se siente orgulloso de todo el aprendizaje que adquirió a lo largo de toda su vida académica, porque incluso aprendió a leer y escribir antes de cursar su primer grado.
“El aprendizaje de mi hija era de calidad, sentimos que se le enseñó con esmero, dedicación y los maestros eran tan excelentes que lo daban y dejaban todo en sus aulas de clases”, relata.
Por eso, Santiago dice sentirse “mal y triste”, pero a la vez “con cólera profunda pues están dañando lo poco que quedaba de la educación privada de calidad” en Jinotepe.
Murillo se jacta de la confiscación
De acuerdo con Murillo, el colegio fue confiscado por ser considerado un lugar “emblemático”. Debido a que, según su criterio, representa “la lucha digna y victoriosa de las familias de Jinotepe que vencimos el golpismo”, refiriéndose así a la Operación Limpieza, donde policías y paramilitares armados dispararon contra decenas de personas que permanecían atrincheradas en barricadas ubicadas en Carazo.
La “copresidenta” se refirió —sin presentar pruebas— al colegio como un “centro de torturas y de crímenes de odio”, donde “los golpistas llevaron a asesinarlo (a Bismarck Martínez)”. Por lo que, justificó la confiscación diciendo que se trata de “una reivindicación” y el reconocimiento “del derecho que tenemos a la paz, al bienestar”.
“Estamos trabajando para poderlo reinstalar ya con el nombre de Bismarck (Martínez) la próxima semana y bueno, los estudiantes de los distintos años (…) son como 600 estudiantes, desde kinder hasta el último año de secundaria, van a ser cubiertos por la política de gratuidad en la educación del gobierno”, enfatizó.
El asesinato de Bismarck Martínez
Según el régimen, Bismarck Martínez era un simpatizante sandinista que desapareció la noche del 29 de junio de 2018, cuando pasó en su vehículo por el tranque que estaba en el Colegio San José de Jinotepe, y fue supuestamente “secuestrado, torturado y desaparecido”. Martínez ha sido convertido por el régimen en un mártir para reforzar su narrativa sobre el golpe de Estado.
En mayo de 2019, la Policía dio con los restos de Martínez después de desplegar un operativo policial de cateo en la ciudad de Jinotepe, allanando varios domicilios en los que encontraron armamento enterrado. Oficiales y paramilitares excavaron cerca del colegio San José, donde encontraron los restos.