Un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) reveló datos preocupantes sobre la prevalencia de la violencia en relaciones de pareja entre mujeres estudiantes. Según el informe, una de cada tres hondureñas ha sido víctima de violencia por parte de su pareja, y una de cada dos ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, cifras que reflejan la profundidad de la crisis de violencia de género en el país.
El informe, elaborado por el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) y la Facultad de Ciencias Sociales, encuestó a 1,274 mujeres estudiantes mayores de 18 años en cuatro campus universitarios: Ciudad Universitaria, Cortés, Atlántida y Choluteca. El estudio aplicó un enfoque cuantitativo, transversal y anónimo, garantizando la confiabilidad de los datos con una consistencia interna de α = 0.869.
Entre los hallazgos más relevantes, destaca que el 29% de las estudiantes ha sufrido violencia psicológica, y un 10% la padece con frecuencia o de forma muy frecuente. Este tipo de agresión —manifestada a través del control emocional, los insultos y la manipulación— se posiciona como la forma más extendida de violencia en las relaciones universitarias.
Asimismo, el 28% de las encuestadas reportó haber sido víctima de violencia sexual, que incluye coerción, acoso y agresiones no reconocidas socialmente como violencia. Este dato resalta la normalización del abuso dentro de entornos íntimos y la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de denuncia y atención dentro de la institución.
El estudio también evidenció que el 6% de las estudiantes ha sufrido violencia física, mientras que un porcentaje similar reportó violencia económica, vinculada al control financiero y la dependencia coercitiva. Estos resultados reflejan la multiplicidad de formas en que la violencia se manifiesta, incluso dentro del ámbito académico.
Pese a la gravedad de los datos, el informe señala que el 70% de las estudiantes no se percibe en riesgo de sufrir violencia, aunque el 14% sí se siente vulnerable y el 11% considera posible ser víctima de femicidio. Además, dos tercios de las encuestadas (66%) conocen a otra mujer que ha sido amenazada, pero no aplican esa situación a su propia realidad. Esto, según los investigadores, evidencia una peligrosa brecha entre vivir violencia y reconocerla, lo que dificulta la prevención y atención temprana.
El documento concluye que la violencia es una realidad presente en la UNAH y adopta diversas formas que requieren atención urgente. Advierte la existencia de un grupo de alto riesgo que necesita apoyo especializado y políticas institucionales más efectivas. “Se observan señales de riesgo de violencia femicida”, alerta el informe.
Como respuesta, el estudio propone acciones estratégicas enmarcadas en la Política de Inclusión y Equidad en la Educación Superior (PIES-UNAH). Entre las principales recomendaciones destacan: implementar módulos formativos sobre relaciones saludables, establecer talleres de detección temprana, crear protocolos diferenciados de atención según el tipo de violencia, y habilitar un fondo de emergencia para mujeres en dependencia económica coercitiva.
El informe subraya que la universidad tiene la responsabilidad de fortalecer sus mecanismos de prevención, atención y protección, garantizando espacios seguros para las estudiantes. La violencia en las relaciones de pareja, concluye, no solo vulnera derechos individuales, sino que también afecta el rendimiento académico, la salud mental y el desarrollo social de las futuras generaciones de profesionales.
