Una tragedia enluta a tres familias hondureñas tras confirmarse el asesinato de Selvin Chacón (48 años), Sergio Chacón (38 años) y Karen Bautista (24 años), quienes fueron ultimados a disparos en su lugar de trabajo en San Antonio, Texas. El autor del crimen, José Hernández Galo (21 años), se suicidó tras cometer el triple homicidio.
El hecho ocurrió en las instalaciones de Mission Landscape Supplies LLC, una empresa de jardinería ubicada al norte de San Antonio, específicamente en el 4400 de Stahl Road. Las autoridades recibieron el reporte del tiroteo y al llegar encontraron los cuerpos sin vida de las tres víctimas. Otros trabajadores que se encontraban en el sitio lograron escapar y alertar a la policía.
El caso ha causado conmoción no solo por la brutalidad del ataque, sino por el vínculo entre el agresor y las víctimas. Según relataron los familiares desde Honduras, Hernández Galo no era un desconocido, sino un amigo cercano a los hermanos Chacón. De acuerdo con los testimonios, ellos mismos le habían dado techo, lo alojaron en su casa e incluso le ayudaron a conseguir empleo en la misma empresa donde sucedió la tragedia.
“El muchacho que los asesinó me pidió, junto con su mamá y su papá, que les rentara la recámara. Dormían a la par mía”, declaró uno de los cuñados de los fallecidos.
Las autoridades localizaron el cuerpo de Hernández Galo horas más tarde. Presentaba una herida de bala y todo apunta a que se quitó la vida tras huir del lugar del crimen.
En medio del dolor, los familiares informaron que Karen Bautista deja en la orfandad a un niño de apenas tres años de edad, identificado como Yoav Isaí.
Los cuerpos de Selvin y Sergio Chacón continúan en la morgue de San Antonio a la espera de los trámites consulares para ser repatriados a Honduras. Mientras tanto, la comunidad hondureña en Texas y los familiares en el país claman por justicia y apoyo para los gastos funerarios.
El jefe de la Policía de San Antonio, William McManus, confirmó que el ataque no fue un hecho aleatorio, aunque el motivo exacto que llevó a Hernández Galo a disparar contra sus compañeros de trabajo sigue bajo investigación. Familiares sospechan que el joven habría tenido problemas de adicción, lo que pudo influir en su conducta.
El caso deja un profundo vacío entre quienes conocieron a las víctimas, especialmente por la confianza que habían depositado en su atacante.
