La violencia contra la mujer continúa cobrando vidas en el país. En lo que va del año 2025, al menos 170 mujeres han sido asesinadas en diferentes departamentos de Honduras, según datos preliminares de organismos de seguridad y observatorios de derechos humanos.
El fenómeno refleja que, pese a la implementación del estado de excepción y a los planes de seguridad, la criminalidad contra las mujeres no ha mostrado una disminución significativa. Los crímenes se registran principalmente en zonas urbanas como el Distrito Central, San Pedro Sula, Choloma y La Ceiba, donde operan estructuras del crimen organizado y bandas locales.
Organizaciones feministas advierten que la mayoría de los casos quedan en la impunidad, ya que no existen investigaciones profundas ni judicialización efectiva de los responsables. Señalan, además, que en muchos de estos crímenes se evidencia saña, lo que refleja un alto nivel de violencia de género.
Ante la creciente ola de femicidios, colectivos y defensores de derechos humanos han reiterado su llamado al gobierno para fortalecer las políticas públicas de prevención, protección y acceso a la justicia, así como para garantizar mayor seguridad en las comunidades más afectadas.
Mientras tanto, Honduras sigue figurando entre los países más violentos de América Latina en términos de violencia feminicida, un fenómeno que impacta no solo en las víctimas directas, sino también en sus familias y comunidades.