Durante su plegaria, el pontífice expresó la solidaridad de la Iglesia con la población de la tierra “martirizada” de Gaza.
El papa León XIV se pronunció el domingo contra el desplazamiento forzoso de civiles de Gaza mientras Israel intensificaba su campaña de demoliciones militares en la principal ciudad del enclave palestino.
“Junto con los pastores de las iglesias de Tierra Santa, repito que no hay futuro basado en la violencia, el exilio forzoso y la venganza”, dijo el papa durante su oración semanal del Ángelus.
Tierra Santa abarca partes del actual Israel, los territorios palestinos ocupados, Jordania y Egipto, que son sagrados para el judaísmo, el cristianismo y el islam.
El papel de León en la defensa de la paz en Gaza se ha hecho más evidente desde que Israel atacó la única iglesia católica del territorio en julio.
“Los pueblos necesitan la paz. Quienes los aman de verdad trabajan por la paz”, añadió el primer papa procedente de Estados Unidos.
Durante su plegaria, el pontífice expresó además la solidaridad de la Iglesia con la población de la tierra “martirizada” de Gaza.
“Toda la Iglesia expresa su solidaridad con los hermanos y hermanas que sufren en esta tierra martirizada”, declaró, mientras Israel intensifica sus operaciones militares en el territorio palestino, devastado por casi dos años de guerra.
“Los pueblos necesitan concordia”, insistió el líder religioso, que se dirigió a los representantes de asociaciones católicas reunidos en la Plaza de San Pedro tras una pancarta que decía “Paz para Gaza”.
Israel, cabe recordar, lanzó el martes una gran ofensiva en Ciudad de Gaza con el objetivo declarado de aniquilar al movimiento islamista palestino Hamás, cuyo ataque del 7 de octubre de 2023 en Israel desencadenó la guerra en la Franja de Gaza.
Esta ofensiva, criticada por la comunidad internacional, provocó la huida de cientos de miles de habitantes hacia el sur del territorio.
El pronunciamiento del papa se dio en medio de un nuevo reporte de los médicos de Gaza sobre el número las víctimas que dejaron los ataques de Israel, que hicieron estallar más edificios residenciales en la ciudad el domingo y se cobraron hasta el momento la vida de 31 personas.
Casi dos años después del inicio de la guerra, Israel describe la ciudad de Gaza como el último bastión de Hamás y el ejército ha estado demoliendo bloques de viviendas que, según dice, estaban siendo utilizados por el grupo militante desde que lanzó su asalto terrestre en la ciudad este mes.
Una mujer embarazada y sus dos hijos se encontraban entre los fallecidos el domingo, según informaron los médicos. Y aunque el ejército israelí no hizo comentarios inmediatos sobre las muertes, sí emitió un comunicado afirmando que sus fuerzas habían abatido a numerosos militantes.
El ejército israelí estima que más de 450.000 personas han abandonado la ciudad desde principios de septiembre, pero Hamás lo niega, afirmando que poco menos de 300.000 se han marchado y que quedan unos 900.000.