Coronel Ramiro Muñóz: ““Pedí mi baja porque no voy a países con los que no comparto, aparte que es por castigo. Un general no merece eso”

Coronel Ramiro Muñóz: ““Pedí mi baja porque no voy a países con los que no comparto, aparte que es por castigo. Un general no merece eso”

El general Ramiro Muñoz confirmó su baja de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.), tras recibir un ultimátum para aceptar su designación como agregado militar en Nicaragua, misión que calificó como un “castigo” y a la que se negó rotundamente.

“Pedí mi baja porque no voy a países con los que no comparto, aparte que es por castigo. Un general no merece eso”, declaró Muñoz en entrevista con El Heraldo, en la que lamentó que su salida ocurriera en medio de presiones y amenazas internas.

El trasfondo de la ruptura

De acuerdo con El Heraldo, fuentes militares indicaron que desde hace 15 días la cúpula castrense notificó a Muñoz su traslado a Managua, incluso gestionándole pasaporte diplomático para él y su familia. Aunque inicialmente habría aceptado, luego se retractó, pese a que Nicaragua ya había dado el beneplácito en menos de 24 horas.

Tras su negativa, varios generales le pasaron factura con una auditoría sobre su gestión al frente del Instituto Nacional Penitenciario (INP), donde encabezó una comisión interventora. Según esas fuentes, se le advirtió que, de no aceptar, el caso sería remitido al Ministerio Público (MP) por supuestos actos de corrupción, lo que habría acelerado su decisión de solicitar la baja, aprobada de inmediato.

Incluso se asegura que Muñoz intentó frenar su traslado alegando problemas de salud y presentando una constancia médica, pero su recurso fue rechazado. También se habría quejado de tener información comprometedora sobre corrupción dentro de las FF.AA., lo que tensó aún más su relación con la cúpula militar.

Su salida del INP

Cabe recordar que en julio pasado, Muñoz dejó la dirección del INP por solicitud de la presidenta Xiomara Castro. En ese momento defendió su gestión, asegurando que había logrado avances “históricos” en el sistema penitenciario.

“Hemos avanzado 50 años en lo que se refiere a tecnología, infraestructura, educación y control del crimen organizado en los centros penales. Hoy ya no podemos decir que las cárceles son universidades del crimen”, expresó en su discurso de despedida, pidiendo que lo logrado no retroceda.

Aunque intentó restarle dramatismo a su salida, el trasfondo político siempre estuvo presente. Algunos analistas apuntaron a diferencias con el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, mientras que otros lo vinculan con desacuerdos en instrucciones que no compartió.

Muñoz, por su parte, insiste en que su salida responde más a represalias internas que a faltas propias. “Imposible que en un país un general tenga problemas por luchar contra el narcotráfico, las maras, las pandillas y el crimen organizado, o por no estar de acuerdo con lo que pasó en el proceso electoral”, afirmó.

La baja de Ramiro Muñoz será efectiva en diciembre próximo, cerrando así una carrera marcada por momentos de confrontación y controversia en un momento de alta tensión política y militar en el país.

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