Midence Oquelí alega que El Cachiro mintió y eso frena su sentencia

Midence Oquelí alega que El Cachiro mintió y eso frena su sentencia

Midence Oquelí Martínez Turcios aceptó su responsabilidad por conspirar para traficar drogas ante la justicia de Estados Unidos. Pero hay un punto que su defensa discute con vehemencia y que aplaza su sentencia final: las acusaciones de que ordenó asesinatos, cometió actos de tortura o participó en crímenes violentos.

Desde que se presentó el borrador del Informe Previo a la Sentencia (IPS), la defensa de Martínez dejó claro que su cliente niega de manera categórica haber solicitado o ejecutado violencia alguna.

La disputa se centra en los párrafos 23 al 31 del documento, donde se detallan hechos que la defensa considera no probados y exagerados.

El único testigo que sostiene esas graves acusaciones es Devis Leonel Rivera Maradiaga, más conocido como El Cachiro.

Según la defensa, su palabra no solo es inconsistente, sino también manipulada por el interés personal de obtener beneficios penitenciarios.

Rivera es un asesino confeso y líder de una organización criminal que, de no cooperar con la justicia, podría pasar el resto de su vida en prisión.

“El testimonio de Rivera, el único testimonio de que Martínez participó en actos de violencia, simplemente no es creíble”, se lee en el alegato de la defensa.

Esa defensa es la que acusa a Rivera de mentir bajo juramento y de engañar previamente a la fiscalía.

Durante la audiencia de “Fatico”, el excapo hizo nuevas acusaciones que, según la defensa, “ni siquiera figuraban en el borrador del informe”.

Mientras que otras ya contenidas en el documento no fueron sustentadas con ninguna prueba adicional.

Peor aún, la defensa señala que Rivera se contradijo respecto a sus declaraciones previas, y que incluso fue inconsistente dentro de su propio testimonio ante el tribunal.

Internet como fuente y testigos que refutan

Uno de los aspectos más llamativos del alegato de la defensa es la afirmación de que El Cachiro consultó internet para preparar su testimonio.

En una transcripción de una llamada desde prisión, Rivera le pidió a su hermano buscar datos en la web: “Búscalo [el nombre del club] en internet… No, era una discoteca… Dice ahí en internet… Eso fue en 2013”.

Esto, según la defensa, desmonta cualquier argumento de que su versión tenga respaldo independiente en la prensa o en documentos oficiales.

Además, luego de la audiencia, comenzaron a circular nuevas publicaciones en Honduras que replicaron esas acusaciones.

“Varias personas, al leerlas, se acercaron voluntariamente a la defensa para brindar declaraciones juradas que refutan directamente las afirmaciones de Rivera”, dijo el abogado.

Según los abogados de Midence Oquelí, estos testigos tienen conocimiento personal y directo de los hechos y su testimonio es crucial para demostrar que no hubo participación en actos de violencia.

Piden no tomar el testimonio de El Cachiro

La defensa se ampara en el reglamento U.S.S.G. § 6A1.3(a), que establece que cualquier factor relevante para la sentencia que sea razonablemente controvertido debe analizarse con cuidado y puede ser refutado por declaraciones juradas.

También responde al argumento de la Fiscalía, que sugiere que el testimonio de El Cachiro ha sido creíble en otros casos.

Pero la defensa advierte que en esos procesos sí había evidencia adicional, mientras que en el caso de Martínez

solo se tiene la palabra de Rivera, que “es incoherente incluso dentro del mismo juicio”.

En consecuencia, piden al tribunal que descarte todos los señalamientos contenidos entre los párrafos 24 y 31 del IPS, ya que, afirman, no cumplen con el estándar legal para ser considerados válidos.

De hacerlo, la Corte podrá finalmente dictar una sentencia justa basada en hechos probados, no en testimonios aislados.

Tribunal respalda parte del testimonio

A pesar de los intentos de la defensa de Midence Oquelí Martínez Turcios por desacreditar el testimonio de Devis Leonel Rivera Maradiaga, “El Cachiro”, el tribunal validó buena parte de su declaración.

Esta decisión, contenida en un documento de cinco páginas, reforzó las acusaciones de violencia que Martínez niega con firmeza.

En respuesta, su defensa solicitó al tribunal que admita las declaraciones juradas de testigos hondureños con conocimiento directo de los hechos.

Esto, con el fin de contrarrestar las versiones de Rivera y demostrar que las imputaciones de violencia carecen de fundamento real.

Una sentencia detenida

La sentencia contra Midence Oquelí sigue sin definirse no por falta de pruebas en su caso de narcotráfico que él mismo reconoció, sino por las acusaciones de violencia que aún cuelgan sobre él sin confirmación.

Su defensa sostiene que la justicia no puede basarse en palabras inestables de un testigo desesperado, ni menos en supuestos armados con búsquedas en internet.

Aún está pendiente que el juez Lewis Kaplan fije la fecha para dictar sentencia contra Midence Oquelí Martínez. La defensa ha propuesto dos posibles fechas: una en junio o bien después del 4 de julio.

Mientras el tribunal delibera, el expediente de Midence permanece abierto, detenido por los ecos de una historia que, asegura, nunca le perteneció.

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