Xiomara versus Trump

Por: Nery Alexis Gaitán

Con el gobierno del “socialismo democrático”, desde su inicio, la política exterior de Honduras ha ido de torpeza en torpeza. Empezó por defender a sus aliados izquierdistas en contra de los intereses nacionales. Rompió relaciones de más de 80 años con Taiwán, que era un gran benefactor de la familia hondureña, y entabló relaciones con la mezquina China Continental que hasta el momento no ha beneficiado en nada a Honduras; hizo este cambio sólo para afianzar su agenda política y confrontar a Estados Unidos. Ya que estos izquierdistas de nombre siguen con la cantaleta que el imperialismo norteamericano es el enemigo a vencer.

Es así que a lo largo de estos tres años de desgobierno han mantenido una política de confrontación, acusando varias veces de injerencista a la embajadora Dogu, cuando ha dado declaraciones certeras sobre asuntos de nuestra realidad nacional con el ánimo de señalar situaciones anómalas que el gobierno estadounidense no respalda. Como ejemplo, fue la visita de funcionarios hondureños a altos personajes de Venezuela acusados de narcotráfico, y que la embajadora señaló con la propiedad del caso.

Siguiendo esa línea de cuestionamiento, el gobierno se defendió y acusó a la diplomática de querer desestabilizar al gobierno hondureño y que estaban atacando la figura del General Roosevelt y del entonces ministro de Defensa, y que no lo iban a permitir. Situación que según ellos daba pie a denunciar el Tratado de Extradición por estar siendo usado como un arma política en contra de Honduras.

Pronto la verdad salió a luz y el pueblo hondureño supo que supuestamente habían denunciado el Tratado para proteger a miembros de la familia presidencial de ser extraditados a Estados Unidos. Así lo evidenció el narcovideo donde se ofrecía “la mitad para el Comandante”.

Al asumir Donald Trump la presidencia de los EE. UU., el gobierno hondureño se encuentra en una situación diplomática delicada. Hay que recordar que en su mensaje de año nuevo la Presidente Castro amenazó con cerrar la base de Palmerola si mandaban miles de hondureños de regreso; después dio marcha atrás y firmó una extensión del Tratado Militar, y ahora dicen que están anuentes al diálogo con el país del norte.

Lo que se avizora es que al no apoyar las políticas de Trump en lo referente al caso migratorio y, sobre todo, a luchar en contra del narcotráfico y del crimen organizado, a quienes ya ha acusado de terroristas, Honduras tendrá serias repercusiones económicas.

Es posible que Trump, para empezar, envíe miles de compatriotas de regreso, agravando el desempleo y los problemas sociales. De momento ha congelado la ayuda económica y cancelado USAID, lo que desde ya afecta a los pobres de Honduras. Asimismo, puede gravar las remesas, lo que afectaría en gran medida nuestra economía. Hay que recordar que Los Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y las remesas representan el 25% del PIB.

De paso, la gira del Secretario de Estado, Marco Rubio, al no venir a Honduras, es un claro mensaje que adversan la política exterior de este gobierno izquierdista. Él ha sido muy preciso al declarar que van a empezar a ejecutar órdenes de extradición contra grandes delincuentes. Así que lo que se viene es obvio, o el gobierno de Libre se acopla a la política del presidente Trump o empezarán represalias, sobre todo económicas, contra nuestro pueblo.

Xiomara no tiene otra alternativa que restituir a la brevedad el tratado de Extradición, que será la condición esencial para que continúe la asistencia estadounidense a nuestro país. Y por los vientos que soplan se espera que continúen las solicitudes de extradición, ya que el Tratado todavía sigue vigente por 17 días.

Es urgente que el gobierno readecúe su política exterior, tomando en cuenta los intereses nacionales y no solamente la conveniencia de una familia.

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