Honduras está hoy a un mes de finalizar el tratado de extradición con los Estados Unidos, mismo que permite que ciudadanos hondureños acusados de delitos de narcotráfico y crimen organizado sean enviados ante la justicia norteamericana.
El 28 de agosto de 2024 el Gobierno de Honduras notificó su inesperada decisión a la embajada de EEUU en Tegucigalpa que daba «por terminado» dicho acuerdo.
La presidenta Xiomara Castro ordenó en ese entonces a su canciller Enrique Reina «denunciar» el tratado de extradición luego de que la embajadora estadounidense, Laura Dogu, expresara la preocupación de su país por la reunión de autoridades de Defensa de Honduras con el sancionado ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López.
Reina detalló por su parte que Honduras revocó el tratado bilateral por temor a que se use como un «arma política» para extraditar a funcionarios o militares de alto rango por cuestiones «meramente políticas».
La sorpresiva decisión ha generado fuertes reacciones de sectores hondureños que consideran la medida un retroceso significativo en la lucha contra el narcotráfico y una forma de protección a familiares de la Presidencia.
La herramienta vigente desde 1912 permitió a partir de 2014 tras un auto acordado entregar a capos de entre más de media centena de señalados; los casos más .