Por: Marcio Enrique Sierra Mejía
Los políticos opositores democráticos enfrentamos una situación compleja al confrontarnos con el gobierno izquierdista dirigido por la presidenta Xiomara Castro. Los del Partido Libre, aplican una estrategia política que causa el debilitamiento prolongado de las fuerzas democrática opositoras. En consecuencia, es necesario contraatacarlos con acciones que logren superar las tácticas de dominación que desarrollan para mantener el control del poder de Estado.
Hay que superar con inteligencia estratégica la fragmentación política. La multiplicidad de partidos democráticos es necesaria, pero siempre que logren unirse, en torno a un proyecto común para vencer la tiranía izquierdista. Al no contar con una línea de oposición conjuntada, la capacidad del Partido Libre, es más efectiva para contrarrestar toda posibilidad que puedan generar las acciones de oposición democráticas cuya finalidad sea aflojar el sistema de dominación marxista.
Los ideólogos refundacionales del Partido Libre, le están sacando ventaja a la represión y a la persecución política: los opositores democráticos se han convertido en blanco de represalias por parte del gobierno controlado por dicho partido. Hay persecución a líderes opositores, amenazas de acosos judiciales, control de los medios de comunicación y de expresión del pensamiento y hasta encarcelamientos, creando un clima de temor y desconfianza entre los líderes políticos y sociales democráticos, haciéndoles caer en una actitud inactiva ante la opresión que implanta el gobierno. Aunque se puede observar una dinámica intensa a lo interno de los partidos que cuentan con mayor cantidad de activistas (Partido Nacional y Partido Liberal), estos partidos adolecen de estrategias de confrontación eficaces, ante la ofensiva represiva del Partido Libre (marxista). A los partidos de oposición les permiten un acceso limitado en los medios de comunicación, los cuales, en su mayoría están manipulados, por el gobierno al recortarles los ingresos con menos publicidad por parte del gobierno. De esta manera, evitan que la oposición democrática, pueda desplegar la difusión de mensajes críticos que calen en la conciencia ciudadanía. Por ejemplo, el periodismo investigativo sobre corrupción en el actual gobierno es prohibida (caso de altos funcionarios y precandidatos del Partido Libre).
La falta de cohesión dentro de los partidos de oposición democrática y las disputas internas dificultan lograr una estrategia unificada, ya sea porque se produce la infiltración de acciones tácticas de la izquierda o por diferencias emocionales personalistas de los precandidatos, que reducen la eficacia del proceso opositor porque las propuestas, son vacías de argumentos ideológicos contundentes. Además, las contiendas internas son egocéntricas y personalistas porque se fijan más en las figuras de los candidatos y su apariencia personal que, en el conocimiento o el interés de las propuestas de solución a problemas estructurales que la sociedad subdesarrollada en la que sobrevivimos, requieren para salir del atraso. Los sectores sociales más pobres se sienten representados por corruptos o por personas con débil conciencia de la situación que impera en el país. El fraude electoral de ocurrir las elecciones, tanto internas como generales, es inminente. Y los izquierdistas están aprovechando la inestabilidad política para generar desconfianza entre los votantes hacia la participación en los procesos democráticos. De tal manera, que aumentan la indecisión y el abstencionismo electoral para perpetuarse en el poder.
En otras palabras, la inestabilidad política beneficia a la izquierda porque mantiene a los opositores democráticos pasivos e indiferentes. Para una muestra un botón: ¿es la aprobación del presupuesto en el Congreso Nacional a media noche y con la ausencia de la mayoría de diputados, dizques democráticos, una señal positiva para fortalecer la oposición democrática o es una acción de compadre hablada? Dios bendiga a Honduras.