Si alguien cree que las elecciones de noviembre en Honduras se decidirán con los mismos votantes de siempre, está profundamente equivocado. El analista político Kenneth Madrid lo plantea con claridad: más de 1.2 millones de jóvenes menores de 25 años que votarán y con ellos los hondureños que no se identifican con ningún partido político— serán el verdadero «factor sorpresa» que definirá al próximo presidente del país.
Madrid contextualiza su análisis con un caso reciente: las elecciones presidenciales de Ecuador. Allí, las encuestas anunciaban un empate técnico entre Luisa González y Daniel Noboa, pero el resultado fue otro. Mientras González apenas sumó 87 mil votos más en segunda vuelta, Noboa logró atraer más de 1.2 millones de nuevos votantes que no participaron en la primera ronda. ¿Quiénes eran? Ciudadanos independientes, sin partido, jóvenes. “Lo que pasó en Ecuador es una alerta para Honduras”, afirma el analista.
Un padrón que esconde el verdadero poder
En las elecciones primarias de marzo en Honduras, solo votó el 43 % del padrón electoral, lo que deja a un 57 % de hondureños fuera de ese ejercicio democrático. Y no por apatía, sino por desconexión con los partidos tradicionales. Según encuestas recientes, el 60 % de los hondureños no se identifican con ningún partido político; en números concretos, eso representa al menos 2 millones de votantes independientes.
“Si ese voto independiente queda en un 50 %, sigue siendo una fuerza descomunal. Y si lo combinamos con los jóvenes nuevos, que suman 1.2 millones, estamos ante una generación electoral que no va a moverse por clientelismo, sino por propuestas”, advierte Madrid.
Candidatos que no entienden a los nuevos votantes
Pero mientras el país entra en una campaña decisiva, los partidos políticos siguen apostando a medios tradicionales como la televisión y la radio, sin entender que los jóvenes ya no están allí. Hoy se informan en redes sociales, consumen contenido breve, directo, visual. “Y el que no conquiste ese terreno, lo perderá todo”, señala.
Para Kenneth Madrid, el oficialismo lleva una desventaja clara en ese terreno. “Si los jóvenes se informan en redes sociales, entonces Libre está perdiendo la batalla donde más importa. Basta ver las cuentas de sus figuras: los comentarios, las reacciones, la percepción… no son favorables”, sentencia.
Añade que el discurso del oficialismo basado en “el narcoestado de los 12 años” ya no genera adhesión. “Ese relato tuvo fuerza en 2021, cuando existía un enemigo claro, JOH. Hoy ese discurso ya no moviliza. El nuevo votante no quiere odio, quiere soluciones”.
¿Quién ganará el voto joven e independiente?
Según Madrid, si las elecciones fueran hoy, el escenario estaría reducido a una disputa entre Salvador Nasralla y Nasry Asfura, y será el voto independiente el que incline la balanza. “No va a salir un Trump de la nada. Aquí ganará quien logre acercarse más al lenguaje, a la mentalidad y a las expectativas del joven”.
Insiste en que el voto duro ya está definido desde las primarias, por lo que ahora los candidatos deben apuntar a un discurso más amplio y menos polarizarte, que llegue a la clase media, a los jóvenes y a los sectores olvidados. “Siempre se le da al pobre porque no tiene, y se le perdona al rico porque genera empleo. ¿Y el que mantiene al país a flote todos los días?”, cuestiona.
¿Alianza Liberal-Nacional? Poco probable
Sobre una posible alianza entre el Partido Nacional y el Partido Liberal, Madrid es escéptico. “No va a pasar. El PN se siente cómodo por haber ganado las internas y Nasralla cree tener la base más fuerte. Nadie está dispuesto a ceder la candidatura. Hay egos grandes y muchos riesgos”, advierte.
Mientras tanto, Libre enfrenta su mayor reto: reconectar con un electorado que ya no cree en discursos incendiarios, sino en propuestas reales. “La moneda está en el aire”, concluye Madrid, “y el que no hable el idioma del futuro, quedará fuera del juego”.