Por: Nery Alexis Gaitán
Hay que resaltar el valor cívico del pueblo hondureño que respondió al llamado a elecciones primarias. Su deseo de participar en este proceso eleccionario fue evidente al estar largas horas, e inclusive esperar hasta la madrugada, sobre todo en el Distrito Central y San Pedro Sula, para poder ejercer su voto. Muchos votantes regresaron algunas veces a los centros de votación hasta que pudieron ejercer el sufragio. Así miramos hasta personas de la tercera edad, aguantando sol y de pie, esperando para poder cumplirle a la patria.
Pero no todo fue color de rosa, como siempre, los políticos hicieron de las suyas. Sólo a ellos se les puede hacer responsables de lo que pasó en las principales ciudades, en donde los votantes inclinan la balanza a favor de los precandidatos a los cargos de elección popular.
Las maletas llegaron en tiempo y forma a todos aquellos lugares en donde el Partido Libre tenía preponderancia. En cambio, a los lugares donde era más fuerte la presencia de la oposición llegaron tarde o sólo las maletas del partido oficialista. Esta situación llegó al colmo cuando en los centros de votación de SPS, algunas regiones aledañas al valle de Sula y la capital, las maletas se tardaron desde 8 hasta 12 horas en llegar, cuando en muchos centros de votación a lo más se llegaba en 20 minutos. Es obvio que retrasaron la llegada de las maletas a propósito, incurriendo así en un delito electoral.
Todos se echan la culpa de este retraso. Los consejeros del CNE a unas imprentas, a los militares y a los transportistas. Pero los transportistas contestaron defendiéndose y dijeron que ellos tenían los buses listos desde las 5 am y que inexplicablemente les ordenaron parquearse por varias horas. Los militares también se lavaron las manos y que era un problema de coordinación logística, pero no pudieron explicar por qué las maletas electorales andaban en buses rapiditos sin ninguna custodia, a tal grado que apareció en Comayagüela una maleta botada; tampoco explicaron por qué cientos de maletas estuvieron tiradas en las calles sin resguardo militar alguno.
También se evidenció intentos de fraude electoral, detuvieron a una persona con una urna ya llena a favor del Partido Libre, desde un día antes se había denunciado que estaban llenando urnas y que estaban pagando por ello. Asimismo, varios miembros de Libre se dedicaron a quitar identidades a la gente para que no votara. Vimos un video de un anciano llorando porque le habían quitado la identidad, también a una activista de Libre escondiendo muchas identidades.
Este boicot, preparado con anterioridad, sólo refleja la desesperación del oficialismo por minimizar el voto de los partidos de oposición y de paso elevar su número de votos. La intención de elevar números y que la oposición tenga menos votos, para que la diferencia sea poca, y así poder justificar el mega fraude electoral en las elecciones generales. Lo de ahora fue sólo el ensayo. Lo que saltó a la vista es que el pueblo está indignado y por todos lados se escuchaba su clamor: “SE VAN, SE VAN”.
Lo justo es que todos aquellos que delinquieron en estas elecciones deben ir presos, pero, para variar, el Fiscal General brilla por su ausencia ya que tendría que iniciar acciones en contra del oficialismo y eso lo tiene prohibido. Asimismo, deben renunciar inmediatamente de sus cargos los consejeros del CNE y el Jefe de las Fuerzas Armadas, por el vergonzoso papel que desempeñaron desprestigiando a las instituciones, es lo menos que pueden hacer si en verdad tienen valores. No pueden burlar al pueblo impunemente.
La lección que nos dejan estas elecciones primarias es que no se debe tolerar ningún fraude y se deben rechazar las triquiñuelas a las que tiene por costumbre recurrir el Partido Libre. Hay que defender nuestro sistema democrático de un atentado más por parte de los izquierdistas.
¡Libre nunca más!