América Latina y el Caribe continúan siendo las regiones con peor percepción de seguridad según el informe Gallup 2024, sin embargo la región mantiene la tendencia a la mejoría desde hace 3 años.
El Índice Gallup de Seguridad Pública 2024 evalúa las experiencias de la población en 140 países frente a delitos violentos (robos, asaltos, atracos), su percepción de seguridad en general y su confianza en las fuerzas del orden durante el año anterior. Según el reporte, América Latina y el Caribe siguen siendo una de las regiones donde la gente se siente más insegura y una de las áreas con menor confianza en la policía a nivel global.
Detrás de esto está la inseguridad impulsada por el narcotráfico, el crimen organizado y la corrupción, que ha alimentado un sentimiento de vulnerabilidad en los habitantes de la región. Esto ha llevado a que América Latina haya sido clasificada como una de las regiones con peor percepción de seguridad a nivel global desde 2015, cuando comenzaron las encuestas del Índice Gallup de Seguridad Pública.
A pesar de esta realidad, las cifras han mostrado una lenta pero constante mejoría a partir de 2017. Sin embargo, las percepciones de seguridad varían ampliamente entre los países de la región, con algunos experimentando profundas crisis de violencia, mientras que otros han logrado mejorar sus indicadores.
Entre los países latinoamericanos incluidos en el índice, aquellos que mostraron una mejora en sus puntajes respecto al año anterior fueron El Salvador, Uruguay, Guatemala, Honduras, Paraguay y República Dominicana. En contraste, Chile, Argentina, Colombia, Perú y Ecuador experimentaron un descenso en sus resultados, mientras que Venezuela y México mantuvieron los mismos niveles que el año anterior. Sin embargo, el estudio tiene algunas limitaciones, no cubriendo algunos países como Haití, que desde 2021 se encuentra sumido en una crisis de seguridad.
A continuación, InSight Crime analiza el informe de 2024, con un enfoque en Chile, Ecuador y El Salvador debido al marcado deterioro en los primeros dos y a la notable mejora de El Salvador, reflejando tendencias contrastantes en la percepción de seguridad de la región.
Chile
El informe Gallup revela que sólo el 36% de los chilenos se sienten seguros caminando de noche, una cifra que ha caído dramáticamente en comparación con años anteriores. Chile obtuvo un puntaje en el índice de Ley y Orden de Gallup de 68, quedándose por debajo de la media global.
Esta baja percepción de seguridad parece estar directamente relacionada con la creciente influencia de la criminalidad organizada en el país. En la última década, la tasa de homicidios ha crecido considerablemente, aunque sigue siendo una de las más bajas en la región, habiendo pasado según estadísticas oficiales de 3,2 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2014 a 5,1 en 2022. De manera similar, en la última década también se ha producido un aumento del 135% de los secuestros en Chile, pasando de 361 secuestros en 2013 a 850 en 2023, contribuyendo el crecimiento de ambos tipos de delitos a la amplificación de la sensación de inseguridad en la región.
Además, la consolidación de grupos criminales transnacionales como el Tren de Aragua en Chile ha profundizado esta crisis. Allí, la megabanda venezolana se ha consolidado en economías criminales como el narcotráfico, el tráfico de migrantes y el microtráfico.
Un ejemplo claro de esta escalada de criminalidad por parte de grupos criminales transnacionales es el secuestro y asesinato en marzo de 2024 de un exmiembro de las fuerzas militares venezolanas en Santiago de Chile, presuntamente perpetrado por el Tren de Aragua.
El malestar público ha generado una demanda creciente de medidas más contundentes para combatir el crimen organizado. Como respuesta, el gobierno ha intensificado las operaciones de seguridad, pero algunos analistas advierten sobre los riesgos que este enfoque puede tener para los derechos humanos y la estabilidad democrática del país.
Ecuador
Ecuador atraviesa una situación alarmante. Según el índice Gallup 2024, sólo el 27% de los ecuatorianos se sienten seguros caminando de noche, la cifra más baja registrada en América Latina y por debajo de Sudáfrica y Liberia. El índice también señala que Ecuador obtuvo un puntaje de 55 en el índice de Ley y Orden, uno de los más bajos a nivel global.
En la provincia de Guayas, uno de los epicentros de las acciones de la criminalidad en el país, solo el 11% de los residentes se sienten seguros caminando de noche, la cifra más baja en cualquier lugar del mundo fuera de zonas de guerra activas. Los resultados coinciden con una encuesta realizada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (United States Agency for International Development, USAID) a mediados de 2024, la cual reveló que el 68% de los guayaquileños se sienten inseguros en espacios públicos como parques, plazas y calles.
El país, que alguna vez fue percibido como un oasis de paz entre los gigantes productores de cocaína, Colombia y Perú, ahora se enfrenta a una crisis de seguridad sin precedentes impulsada por el narcotráfico y el crimen organizado. Desde la pandemia del COVID-19, Ecuador ha emergido como un punto clave en el tráfico de cocaína hacia Europa, lo que ha alimentado un aumento de la violencia, particularmente en ciudades como Guayaquil, en Guayas, donde las tasas de homicidio en 2023 alcanzaron casi 50 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El puerto de Guayaquil, ahora un eje central en la exportación de cocaína, ha sido el escenario de una brutal lucha entre pandillas por el control del tráfico de drogas. Esta violencia ha llegado incluso a servidores públicos. El 12 de septiembre, la directora de la Penitenciaría del Litoral de Guayaquil, la cárcel masculina más grande del país, fue asesinada mientras se movilizaba en un vehículo.
El Salvador
El Salvador ha experimentado una transformación en su percepción de seguridad pública. Según el Índice Gallup 2024, el 88% de los salvadoreños reportaron sentirse seguros caminando solos de noche, una cifra que establece un récord histórico para el país y lo posiciona como uno de los más seguros del mundo en términos de percepción pública.
Asimismo, El Salvador también obtuvo un puntaje de Ley y Orden de 89, siendo la puntuación más alta de Latinoamérica y quedando por encima de la media global llegando incluso a superar a países occidentales como Países Bajos, Alemania o España.
Esta mejora en las cifras parece deberse a las políticas de mano dura implementadas por el presidente Nayib Bukele desde 2022, que incluyen el uso extendido de estados de excepción. Bajo estas medidas, el gobierno ha suspendido ciertos derechos constitucionales y ha otorgado amplios poderes a las fuerzas de seguridad, lo que ha derivado en arrestos masivos sin orden judicial y la intervención del ejército en zonas dominadas por pandillas.
El régimen de excepción en El Salvador ha tenido un impacto importante en las principales pandillas del país, la MS13 y Barrio 18. Para finales de 2023, el 67,1% de los miembros de la MS13, el 65,1% de la facción de Barrio 18 conocida como Sureños y el 54,3% de la facción conocida como Revolucionarios habían sido capturados por las autoridades.
No obstante, estas políticas de mano dura han derivado en abusos a los derechos humanos, como detenciones arbitrarias. En noviembre de 2023, Dalila Johana Flores una joven que fue detenida en enero de 2023 presuntamente por tener vínculos con las pandillas, fue liberada luego de un reporte de InSight Crime demostró que estas afirmaciones eran infundadas.