El peligro de China para sus vecinos y el mundo

El peligro de China para sus vecinos y el mundo

Por Hernán Arguello

China ha emergido como la segunda economía más grande
del mundo y una potencia militar con ambiciones globales.
Su ascenso ha sido recibido con cautela en Occidente,
donde tanto políticos como empresarios analizan con
preocupación el impacto de su influencia económica y
estratégica. Desde su agresiva política comercial hasta su
expansión militar en el Indo-Pacífico, China representa un
desafío sin precedentes para sus vecinos y para el orden
internacional liderado por Occidente.

Uno de los mayores peligros de China es su creciente poder
militar y sus reclamaciones territoriales en el Mar de China
Meridional. Beijing ha construido bases militares en islas
artificiales y ha desafiado los derechos soberanos de países
como Filipinas, Vietnam y Japón. Su enfrentamiento con
Taiwán es aún más alarmante: Xi Jinping ha dejado claro
que la unificación con la isla es una prioridad, y no descarta
el uso de la fuerza.

El fortalecimiento del Ejército Popular de Liberación (EPL)
y la modernización de su arsenal nuclear preocupan a
Washington y sus aliados, quienes han respondido con
mayores ejercicios militares y el fortalecimiento de
alianzas como el QUAD (entre: Estados Unidos, India,
Australia y Japón) y AUKUS (entre: Estados Unidos, Reino
Unido y Australia).

Más allá de lo militar, el dominio económico de China es su
herramienta más poderosa. A través de la Iniciativa de la
Franja y la Ruta (BRI), Beijing ha extendido su influencia
en Asia, África y América Latina, financiando
megaproyectos de infraestructura que, en muchos casos,
terminan en trampas de deuda para los países receptores.

Esto no solo crea dependencia económica, sino que
permite a China obtener acceso estratégico a puertos,
recursos naturales y rutas comerciales clave.

En el comercio internacional, la política industrial china ha
sido acusada de prácticas desleales
• Subsidios estatales masivos a empresas estratégicas.
• Robo de propiedad intelectual y ciberespionaje.
• Dumping y manipulación del mercado.
• Uso del yuan como herramienta de influencia
geoeconómica.

El caso de Huawei y la prohibición de su tecnología 5G en
varios países occidentales ejemplifica cómo China ha sido
percibida como un riesgo para la seguridad cibernética,
con acusaciones de que su infraestructura podría facilitar
el espionaje para el Partido Comunista Chino.
A pesar del discurso político contra China, muchas
economías occidentales siguen siendo dependientes de su
mercado y manufactura. La deslocalización de la
producción hacia China en las últimas décadas ha hecho
que países como Estados Unidos y Alemania enfrenten
dilemas al tratar de reducir su dependencia sin generar
crisis en sus propias economías.

Sin embargo, estrategias como la relocalización de la
producción y la diversificación de las cadenas de
suministro están cobrando fuerza. Empresas están
trasladando fábricas a países como India, México y
Vietnam para reducir el control chino sobre industrias
críticas, especialmente en tecnología y semiconductores.

China no solo es un competidor global, sino un rival
estratégico para Occidente. Su influencia política, militar y
económica representa un desafío a los valores
democráticos y a la estabilidad del orden internacional.
Mientras Beijing siga promoviendo un modelo de
autoritarismo económico y coerción geopolítica, la tensión
con Occidente y sus vecinos solo crecerá.

La pregunta es: ¿Podrá occidente equilibrar el freno a
China sin caer en un conflicto abierto? Lo que está en juego
es más que una disputa comercial, es la lucha por el futuro
del liderazgo global.

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *