El gobierno hondureño saldrá de nuevo a colocar más deuda soberana o a quitar préstamos en la banca local e internacional el próximo año, para financiar el desfase del Presupuesto, debido a la caída de ingresos por la pandemia de la COVID-19.
El instrumento fiscal fue presentado por Finanzas al Congreso Nacional el lunes de esta semana, por un monto consolidado de 288 mil millones de lempiras, 2 por ciento más en comparación al del 2020 que ronda 282 mil millones.
Se asignan más de L162 mil millones para el gobierno central, donde la recaudación tributaria estaría aportando cerca de L96 mil millones, el resto sería financiado con endeudamiento público o donaciones.
De acuerdo a la subsecretaria de Finanzas, Roxana Rodríguez, lo previsto para deuda se destinará a proyectos de inversión en infraestructura y atención social, y orientado a la reactivación económica del país.
“Hay contratación de deuda interna doméstica en la cual nosotros dejamos una previsión de 22,733.8 millones de lempiras y a través de préstamos a largo plazo con condiciones favorables de un techo 33,770.1 millones de lempiras para contrataciones de títulos valores y préstamos a largo plazo”, anotó Rodríguez.
A mediados de este año, la deuda se ubicó en 54.4% del PIB, según el informe preliminar de Finanzas.
Lo previsto entre deuda interna y externa suman alrededor de 56,503.9 millones de lempiras que, al tipo de cambio de moneda actual vendrían a ser más de 2,293 millones de dólares.
Rodríguez argumentó que la previsión de más deuda en el anteproyecto de Presupuesto, está enmarcada en los parámetros de la Ley de Responsabilidad Fiscal.
En el anteproyecto también se prevé un incremento del Servicio de la Deuda pública; interna y externa, que aumentará un 4.3 por ciento, es decir, que de 39,525 millones de este año, los pagos por amortizaciones de capital o pago de intereses, pasará a 41,352 millones de lempiras.
El Servicio de la deuda pública seguirá siendo la partida más abultada en el ejercicio fiscal del próximo año, por encima de los fondos asignados a Educación, Salud e infraestructura.
La mayoría de sectores consideran excesivo el total del anteproyecto y consideran que no se ve un sacrificio del gobierno como esperaban, dado que la economía cerrará este año con una contracción de -7 a -8 por ciento del PIB según proyecciones oficiales.
Consideran demasiadas optimistas las previsiones de crecimiento que se basan en un aumento del PIB de 4 a 5 por ciento, pese a que la economía mundial seguirá en recesión el próximo año dado el impacto del virus en las cadenas de producción y los niveles de consumo.