¿Tienes estos apellidos? tus antepasados proceden de los romanos

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Algunos de los apellidos más frecuentes son aquellos que terminan en ‘ez’, caso de Fernández, López, Martínez, Sánchez, Pérez y Gómez, que significa “hijo de”, por ejemplo, Fernández es hijo de Fernando.

Sin embargo, también hay otros apellidos, que son menos frecuentes, pero que todavía usamos y que indican que tus ancestros provienen de los antiguos romanos. Aquí te contamos cuáles son.

Apellidos de origen romano

Aquí te damos una lista de los principales apellidos que son frecuentes en varios países y cuyo origen se remonta a época romana. Si tienes alguno de estos apellidos, puede que tus ancestros provengan del antiguo imperio:

  • Acosta. Algunos genealogistas lo consideran procedente de una familia romana asentada en la Península Ibérica. Otros estudiosos consideran que proviene del portugués o de un rey godo llamado Acoista.
  • Costa. Procede del sustantivo ‘costa’ que significa “terreno inclinado”
  • Romero. Apellido que procede de la voz castellana ‘romero’, que significa “peregrino” o “persona que ha ido de peregrinación a Roma”.
  • Expósito o Espósito. Deriva del latín “ex positus”.
  • Rossi. Se trata de un apellido italiano. Se refiere a rasgos físicos como el cabello “pelirrojo” o del latín tardío Russus o Rubeu, que más tarde se convirtió en “Rojo”.

Otros apellidos populares y de origen romano:

  • Greco. Que significa “griego”, es decir, habitante de Grecia.
  • Fontana.
  • Marco. Procede del nombre de bautismo “Marcos” o “Marco”, derivado del antiguo praenomen latino “Marcus”.
  • Roma. Derivado del nombre personal latino “romano, natural de”. “Roma”.
  • Romano. “De Roma”. Es el apellido itálico con mayor difusión en Nápoles.
  • Villa. Apellido de origen toponímico.
  • Bianchi. Sería “blanco” en español. Muy frecuente en Italia.
  • Romeo. Deriva del griego “rhomaios” que significa “peregrino que se dedica a la devoción a Roma”.

Como dato curioso, los romanos tenían 3 nombres. Concretamente, en la República, del 509 al 27 a. e. c., se utilizaba un método conformado por tres denominaciones, llamado la “Tría Nómina”:

Un praenomen (el equivalente a nuestro nombre o nombre de pila), un nomen (nombre gentilicio que indica la pertenencia a la gens. Sería el equivalente a nuestro apellido) y un cognonem (vinculado a alguna característica física o psíquica de quien lo lleva o de alguno de sus antepasados, se convirtió en hereditario por vía paterna).

En este sentido, poniendo un ejemplo: El emperador “Gaius Julios Caesar” se llamaba “Gaius” y pertenecía al grupo de los “Caesar”, de la familia de los “Julius”.