Por: Marcio Enrique Sierra Mejía
Por mucho que traten de ganar la confianza en las instituciones públicas, el gobierno manipulado por el Partido Libre, más bien la pierde. La actual presidente hondureña no logra superar la crisis de gobernabilidad que hoy por hoy enfrenta. Ya no hay confianza en el Congreso Nacional, por el contrario, a los diputados se les considera “funcionarios imprácticos” que reciben un salario sin demostrar el trabajo que deben realizar. Igualmente, las instituciones del poder ejecutivo son ineficientes y dificultan el desempeño idóneo que están llamadas a tener. Por su parte, en el poder judicial, la aplicación de la buena justicia brilla por su ausencia. Y lo que observamos claramente, es una vertiginosa politización de los procesos judiciales, al puno que el ministerio público, se atreve a ordenar al poder judicial, que se cumplan las instrucciones emanadas del Partido Libre.
Vivimos en una sociedad políticamente inestable. En la que, debido a la crisis de gobernabilidad, se dificulta el funcionamiento eficiente de las instituciones del Estado. Causando, en el día a día, conflictos internos entre poderes del gobierno, corrupción generalizada y falta de transparencia en la toma de decisiones. Por lo cual, nuestra economía se ve afectada porque la incertidumbre política desincentiva la inversión externa e interna. De tal manera, que los refundacionales marxistas que dominan el sistema político, han logrado limitar el crecimiento económico, incrementar el desempleo y agravar la pobreza, lo que impacta directamente en la calidad de vida de los hondureños y hondureñas. No hay tal decrecimiento de la violencia, pero sí, el aumento de la migración, que es una violencia solapada, que demuestra la falta de liderazgo y de políticas efectivas para combatir la inseguridad y el aumento en los niveles de violencia, lo que resulta en provocar que muchas personas, busquen migrar con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida. No hay duda alguna de que en Honduras el gobierno refundacional que manipula el Partido Libre, ha causado el debilitamiento social, aumentado las tensiones sociales, la desconfianza entre la ciudadanía y profundizado la fragmentación social, entorpeciendo la capacidad del país para avanzar hacia soluciones compartidas.
Las políticas refundacionales marxistas contribuyen a deteriorar las relaciones diplomáticas, especialmente aquellas que sostenemos con los Estados Unidos, las que pueden repercutir, en la relación bilateral en áreas críticas como las políticas migratorias y la ayuda económica. Se están adoptando posturas o políticas que entran en conflictos innecesarios con los intereses estratégicos de Estados Unidos, generando en consecuencia, un enfriamiento en las relaciones bilaterales. Lo que nos puede causar la disminución del dialogo político, la reducción de apoyo diplomático, o incluso sanciones económicas dirigidas a la población hondureña que recibe remesas en proporciones significativas para el desarrollo humano en Honduras. Asimismo, se pone en precario la inversión privada extranjera en el país. Y al disminuir la inversión se agrava la pobreza y el desempleo, aumentando la presión migratoria. Es evidente que los del Partido Libre buscan el distanciamiento con los Estados Unidos para abrir la puerta a una mayor influencia de países como China o Rusia en Honduras.
La ciudadanía hondureña debe exigir o demandar al gobierno el equilibrio cuidadoso de sus políticas internas y mantener alianzas internacionales que contribuyan a proteger sus intereses nacionales. Ya cometieron el error de cerrar relaciones con Taiwán y las consecuencias han sido lamentables y, ahora, buscan deconstruir la relación con Estados Unidos. Lo que se debe hacer es buscar diversificar las alianzas con otros países sin comprometer los avances en cooperación económica y migratoria con USA.