Crecimiento Económico: Una Ilusión Estadística que No Beneficia al Pueblo

Crecimiento Económico: Una Ilusión Estadística que No Beneficia al Pueblo
En los últimos meses, las cifras oficiales han celebrado un supuesto crecimiento económico en Honduras. Sin embargo, cuando analizamos la realidad cotidiana, queda claro que este crecimiento no se refleja en el bienestar de la mayoría de los hondureños. La falta de empleo, la incertidumbre política y la ausencia de inversión extranjera directa contradicen las cifras que nos presentan.
Según analistas económicos de entero crédito, este crecimiento está principalmente impulsado por el aumento en las remesas enviadas por nuestros compatriotas en el extranjero, que, aunque vitales, no generan empleo ni fortalecen la economía interna. Además, factores como el alza en los precios de ciertos productos de exportación pueden inflar artificialmente las cifras del Producto Interno Bruto (PIB), sin beneficiar a los sectores más vulnerables ni a la economía real del país.
Es urgente pasar de cifras vacías a medidas concretas que construyan un crecimiento sostenible y real, con énfasis en:
•Mayor inversión en infraestructura y servicios: Construcción de represas para generar energía, mitigar inundaciones y mejorar la producción agrícola; ampliación de carreteras; y fortalecimiento del acceso a agua potable, salud y educación.
•Educación técnica: Creación de escuelas vocacionales que preparen a los jóvenes para el mercado laboral.
•Atracción de inversión extranjera: Generando empleos dignos y promoviendo industrias sostenibles.
•Apoyo al sector agrícola y rural: Con acceso a tecnología, financiamiento y mercados, debiéndose también castigar a los funcionarios corruptos que, en tiempo de cosecha nacional, autorizan la importación de productos básicos como el maíz desde otros países, afectando a los productores locales.
El pueblo hondureño no necesita discursos vacíos, sino acciones concretas que transformen el crecimiento económico en desarrollo humano y bienestar para todos. Es momento de dejar de aplaudir ilusiones y exigir medidas reales que construyan un futuro próspero y justo.

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