Por: Marcio Sierra
Los políticos socialistas castromelistas que controlan al Partido Libre y al Estado hondureño, demuestran día a día, contradicciones entre lo que dicen y lo que hacen constantemente y, debido a esas contradicciones, han socavado la confianza ciudadana en las instituciones. Hoy en día, estamos enfrentando una crisis de credibilidad debido a una práctica gubernativa sistemática, en la que la narrativa que utilizan como herramienta para sostenerse en el poder, está alejada de los compromisos reales de transformación de la realidad que vivimos.
Las contradicciones están a la vista. Se comprometieron a luchar contra la corrupción y fortalecer la economía. Empero, la práctica gubernativa que han instaurado evidencia corrupción, represión a la ciudadanía, persecución política, vínculos con el narcotráfico y empobrecimiento general de la ciudadanía, llegando al extremo de denunciar el tratado de extradición con los Estados Unidos, para favorecer a miembros de la familia Castro Zelaya. Y, en consecuencia, el crecimiento económico se ve afectado. Al respecto, la Inversión Externa Directa (IED) tiende a caer en más del 39.2% en el primer trimestre de 2023, llegando apenas a 208.7 millones de dólares. En el tercer trimestre de 2024, la IED registró una caída del 23% en comparación con el mismo período de 2023, destacando problemas estructurales en la economía del país. “A pesar de contar con un considerable potencial económico, la inseguridad jurídica y ciudadana, la insuficiente infraestructura, y la escasez de capital humano calificado continúan siendo obstáculos significativos que desalientan la inversión extranjera” (IIES, UNAH May 17, 2024). Los castromelistas izquierdistas en vez de lograr crecimiento económico y desarrollo nacional, generan el caos, al dar mal uso del presupuesto público, al aumentar la carga de intereses económicos, al provocar presiones externas y al afectar estructuras institucionales que, hoy por hoy, entorpecen la capacidad de los poderes del Estado y principalmente del poder ejecutivo. Han hecho evidente, la falta de coherencia entre el discurso y la acción que se ve desincentivada por la cultura política mentirosa que aplican. En el actual contexto social que tenemos, impera una imagen gubernativa tenebrosa que sobresale por encima de la gestión positiva efectiva. Las letales contradicciones que inciden en el desarrollo nacional, provocan que la ciudadanía se mantenga en una desesperanza política que, ponen en tela de juicio, el quehacer de la administración pública, la cual, continúa haciendo promesas grandilocuentes mentirosas que ahora ya incomodan o calan en la conciencia ciudadana.
Es tanto así, que los resultados de las elecciones primarias indican que la dinámica que viene generando el vicioso círculo de engaño político en el que nos tiene el gobierno izquierdista actual, se ha quebrado y los ciudadanos que participaron en esas elecciones primarias, ya no aceptan ser engañados. Los opositores democráticos tienen que articularse y aprovechar el periodo post electoral, luego de las primarias, para generar una dinámica política más activa y comprometida con acciones táctico estratégicas que implique la movilización de la ciudadanía. Acciones gubernativas como la que quieren imponer en la Corte Suprema de Justicia, deben ser objeto de repudio frontal. Hay que demostrar en la calle la insatisfacción y el rechazo que los ciudadanos demócratas tenemos ante las arbitrariedades que cometen los castromelistas apoyados por el Partido Libre y demostrar valentía política.