ASJ a la SESAL: “Debe haber mejor claridad en el Presupuesto General de la República ante tardía ejecución del 50% a pesar de la deficiencia sanitaria nacional”

ASJ a la SESAL: “Debe haber mejor claridad en el Presupuesto General de la República ante tardía ejecución del 50% a pesar de la deficiencia sanitaria nacional”

La directora de Salud de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Blanca Munguía, aconsejó a las autoridades de la Secretaría de Salud que tengan una mejor claridad en el Presupuesto General de la República donde se efectuó el 50 por ciento restante de forma tardía, los pacientes tienen que esperar más de 15 meses pasa poder hacerse una cirugía.

“Que hagan planes emergentes, que hagan alianzas, que hagan inversión. El presupuesto podría venir a dar respuesta a la población, (pero) el problema es que lo vemos mal o sub ejecutado, que el 50 por ciento solamente se ve ejecutado en los últimos dos meses”, dijo Munguía.

Remarcó que las necesidades en el país en temas sanitarios son grandes por culpa de la falta de inversión, capacidad gerencial estructurada, planes claros con resultados, metas y las decisiones, más acertadas.

“tenemos muchos rezagos, muchas brechas que impactan mucho en la salud y en la vida de los pacientes”, terminó diciendo.

Por otro lado, también dijeron que varios testimonios de pacientes recogidos por la Asociación para una Sociedad más Justa han puesto al descubierto las graves deficiencias en el sistema sanitario público de Honduras, especialmente en la atención de emergencias y la programación de cirugías, para las cuales los hondureños deben esperar hasta 15 meses o más.

Uno de los pacientes entrevistados por la ASJ, quien prefirió permanecer en el anonimato, compartió su angustiante experiencia al haber esperado hasta 15 meses para ser atendido quirúrgicamente. A pesar de su constante seguimiento y la urgencia de su condición, se sintió desatendido y frustrado por la falta de comunicación y apoyo del personal médico. Esta larga espera no solo afectó su salud física, sino que también generó un profundo malestar emocional, dejándolo con la sensación de que su bienestar no era una prioridad en el sistema de salud.

De forma similar, Fátima, una madre de familia que enfrentó una grave emergencia médica, relató que, a pesar de la urgencia de su condición por cálculos en la vesícula, el personal del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) no programó la cirugía necesaria, limitándose a aplicar calmantes sin brindarle atención durante casi siete meses.

Lastimosamente, el caso de Fátima no es único. Muchos pacientes han reportado un trato inadecuado por parte del personal médico y de apoyo, así como largas esperas para recibir atención quirúrgica, lo que ha llevado a situaciones críticas. Aunque algunos médicos brindaron atención amable, el trato deficiente del personal de farmacia y archivo refleja la necesidad urgente de mejorar la capacitación y el trato hacia los pacientes en todos los niveles del sistema de salud.

Los testimonios revelan que la falta de seguimiento y comunicación ha llevado a que muchos se sientan desatendidos, obligándolos a presionar para recibir la atención que requieren. Esto es particularmente preocupante para los pacientes de la tercera edad, quienes son más vulnerables y necesitan un trato compasivo y eficiente.

Los altos niveles de mora quirúrgica son una realidad alarmante en la salud pública de Honduras. A noviembre de 2024, según datos de la Secretaría de Salud, Honduras registró 7,072 pacientes en espera de una cirugía. Una situación que demanda atención de emergencia.

Sólo en el Hospital Escuela, 1,103 pacientes se encontraban esperando por una cirugía a finales del año pasado; sin embargo, entre septiembre y octubre, la mora quirúrgica se redujo en apenas cuatro puntos.

En otros hospitales, como el Regional del Sur en Choluteca, el San Felipe en Tegucigalpa y el Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, la cifra de pacientes pendientes de una cirugía superaba los 3,873.

Estos datos reflejan la deficiencia del sistema de salud pública ante la demanda de la población. Miles de hondureños permanecen enfermos, sin acceso a una cirugía, y el tiempo de espera cada día es más largo.

Además, se ha señalado que el costo de algunos procedimientos, como ultrasonidos, ha recaído en los pacientes, añadiendo una carga financiera a quienes ya enfrentan problemas de salud. La falta de cobertura adecuada ha llevado a muchos a buscar atención en clínicas privadas, lo que no siempre es una opción viable pues la mayoría de las pacientes del sistema público no cuentan con dinero para comprarlos.

La ineficiencia en la gestión presupuestaria de la Secretaría de Salud también pasa factura a los pacientes y al personal. A pesar de la declaración de un estado de emergencia sanitaria desde 2022, que facilita las compras directas, tanto pacientes como personal médico se han visto obligados a adquirir medicamentos e insumos de su propio bolsillo. La Secretaría de Salud redujo en L 429 millones el presupuesto destinado a medicamentos e insumos; sin embargo, 1.9 millones de pacientes pagaron por recibir sus medicamentos en establecimientos de salud, reveló ASJ en uno de sus informes del 2024.

Estos relatos demuestran la urgencia de implementar reformas en el sistema de salud pública de Honduras, con el objetivo de optimizar la calidad de atención y garantizar que todos los ciudadanos reciban el cuidado que merecen. Es fundamental que las autoridades sanitarias escuchen las voces de los pacientes, como la de Fátima, y trabajen en conjunto con el personal médico para mejorar la experiencia de atención, reducir los tiempos de espera y asegurar un trato digno y respetuoso para todos.

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